EL TIEMPO DE LOS
PESOS SE ACABA
Diego Dequino
20/05/2022
(también en https://www.lavoz.com.ar/negocios/el-tiempo-de-los-pesos-se-acaba/)
Argentina parece encaminarse sin
remedio a una discusión de época que puede resumirse en dos alternativas:
dolarización o bimonetarismo funcional.
Si miramos los eventos financieros
destacados para nuestro país en los últimos cuarenta y ocho meses, podemos situar
abril de 2018 como el momento del inicio de una larga serie eventos desagraciados
para nuestra moneda.
Cuando el peso comenzó a
devaluarse a un ritmo desbocado respecto al dólar parece ser el momento que se
soltaron las últimas amarras que ataban a los ciudadanos, a los políticos, a
las empresas y al mundo financiero a la defensa de nuestra moneda.
El cierre de los mercados
financieros para el país, sin retorno a la fecha, fue condimentando por una larga
corrida especulativa por parte de los argentinos.
Mientras tanto el Estado defeccionaba
en cumplir obligaciones básicas en materia financiera.
Se inventó la palabra
reperfilamiento para no honrar la deuda en monedad propia, algo inédito entre
las naciones.
Continuó con la reinstalación de
un cepo que atrasa cuarenta años al tipo de cambio.
Luego se suspendieron
unilateralmente los pagos en moneda extranjera con acreedores privados abriendo
una renegociación de la deuda.
En el camino quedaron cuarenta y
cuatro mil millones de dólares de un paquete de asistencia del FMI, pero
también los saldos de la balanza comercial argentina.
Mientras tanto desde el inicio de
la pandemia en marzo de 2020 se emitieron casi 6 billones de pesos.
EL PESO SIN FUTURO
La inflación que parecía una
chispa en 2021 fruto del rebote de la economía post cuarentena, en este magro año
2022 pocos dudan de que se trate de un incendio en desarrollo.
El peso en este contexto parece
tener los días contados, la falta de credibilidad sobre nuestra moneda es un
hecho y las cosas están alcanzando un nuevo nivel.
La ausencia de credibilidad comienza
en las falencias del Banco Central como responsable de la emisión, pero también
es consecuencia de su relación endogámica con un Ministerio de Economía incapaz
de hacer cuadrar la caja más grande que tiene el país que es el Estado.
El camino para recuperar la credibilidad
sobre nuestra moneda debería venir de la mano de dejar de emitir dinero que la
gente no quiere, con lo cual tampoco se podría darle dinero al Estado para
financiar su déficit.
Para ello se requiere un consenso
político amplio para aprobar en el Congreso las leyes que den cuenta de cambios
profundos e irreversibles en la moneda y en el gasto público.
Luego será necesario un consenso
tecnocrático y político para llenar los cargos de responsabilidad ejecutiva con
profesionales capaces de garantizar los resultados, dado el enorme poder y
responsabilidad que administrarán al margen del sistema político.
Este camino implica un esfuerzo
que nuestro sistema político no está dispuesto a afrontar de forma inmediata.
TRES MONEDAS QUE NO FUNCIONAN
Hoy existen en la Argentina tres monedas:
a)billetes físicos, b)pesos bancarios, y c)el dólar; pero ninguno de los tres
cumple acabadamente las funciones básicas para las cuáles debe servirnos el
dinero: “hacer las cuentas”, “pagar los gastos” y “ahorrar”.
a) Los billetes queman en las
manos de las personas por su desvalorización mensual, se utilizan porque son útiles
para la informalidad económica.
El billete de mayor denominación
equivale a menos de cinco dólares y las transacciones obligadas a declarar
origen de fondos son las superiores a setecientos dólares.
En marzo salieron de los bancos a
billetes 1,5 Billones de pesos y se depositaron 1,8 Billones de billetes
físicos.
b) Los pesos bancarios, es dinero
que las personas necesitan para hacer sus transacciones económicas y buscan recibir
intereses por la mayor porción posible.
Las Leliq están para eso y hoy
pagan 60% anual de interés, alcanzando un stock de 5,5 Billones de pesos,
siendo superiores a la suma de cuentas corrientes y cajas de ahorro.
Las Leliq, dinero inútil porque
queda en manos de quien lo emite, superan al dinero bancario que se utiliza
para que la economía funcione.
c) Los dólares, físicos o
bancarios, de particulares o empresas, pero en el territorio argentino se
utilizan para atesorar y como reserva de valor.
Los depósitos en dólares de los
privados son aproximadamente USD 15 MM.
Los dólares físicos son de
difícil cálculo, los declarados están bajo secreto fiscal y el resto no hay
registro, pero existe cierto consenso que el piso puede ser USD 75 MM y el
techo USD 200 MM.
DOLARIZACIÓN O BIMONETARISMO
FUNCIONAL
Haciendo cálculos al tipo de
cambio CCL, los billetes en poder de público equivalen a USD12 MM; el total de
dinero bancario para mover la economía equivale a USD25MM; el total de dinero
en Leliq equivalen a USD26 MM.
Mientras el total de dólares de
los argentinos en territorio argentino supera los USD 100 MM.
Los dólares que los argentinos guardan
triplican a todos los medios de pagos en pesos de la economía, pagando incluso
costos de resguardo.
Los dólares que los argentinos
atesoran sin rentabilidad son cuatro veces superiores las Leliq por las cuáles
el Banco Central paga 60% de interés.
Los números son elocuentes en
cuanto a las preferencias del público.
Resta entonces saber si la
encerrona para nuestra moneda decantará por la opción de un bimonetarismo
funcional entre el peso y el dólar, o por la opción de la dolarización total de
los medios de pagos.
Para la primera opción se
requerirá un esquema jurídico y financiero que permita destrabar las numerosas
trabas existentes a la tenencia, circulación y montos de moneda extranjera en
el territorio nacional.
Para la segunda alternativa, se
elimina el peso como moneda, se dolarizan todos los medios de pagos cambiando
radicalmente al sistema bancario y el rol de la autoridad monetaria.
Ambas opciones implicarán mecanismos
de amortiguación de daños colaterales, opciones para la gestión operativa del cambio
y pericia técnica.