domingo, 11 de agosto de 2024

El discurso de Milei en Davos - 2024

LA COPA EMPRESA SE JUEGA EN DAVOS 

-Se preparó para jugar las grandes ligas, pero

no habló de la baja de impuestos-


Diego Dequino, 17/01/2024


También en Davos La Voz 18-01-2024


El Presidente Milei en la conferencia de Davos demostró que se preparó para jugar en las grandes ligas de la economía mundial.


Defensas encendidas de la libertad económica e individual por encima de todo y de todos, del derecho de propiedad y de los empresarios en tanto héroes sociales del siglo XXI, exponen audacia y astucia muy por encima del promedio.


Si los problemas económicos argentinos fueran análogos al fútbol diremos que desde hace cincuenta campeonatos, estamos jugando solamente a salvarnos del descenso.


En Davos el Presidente de manera inteligente eligió elogiar a los empresarios globales y ofrecerles la Argentina como aliado inclaudicable para que ejerzan su función, con la esperanza de que cambie el clima de negocios en nuestro país desde afuera hacia adentro.


Si los problemas de la inflación estrepitosa, del empleo de mala calidad, de la marginalidad, de la pobreza y de la falta de crecimiento fueran también futbolísticos; deberíamos como en el fútbol “meter mano” para poner defensores más sólidos, delanteros más goleadores, mejores equipos técnicos, mayor desarrollo de inferiores, nueva alimentación y rutinas de entrenamiento.


En Davos el Presidente avisó que quiere o está “metiendo mano” -aún cuesta discriminar deseo versus acción- sobre la gestión en aquellos asuntos donde el Estado invade la libertad económica e individual que pueden conducir según sus palabras a mal controlar los destinos de millones de seres humanos: la emisión monetaria, el endeudamiento, los subsidios, el control de la tasa de interés,los controles de precios y las regulaciones.


Deberemos esperar esos cambios para ver si nuestra economía comienza a jugar a otro nivel y no sólo para evitar descender, porque de momento solo se advierte efectivos en lo referido a las regulaciones y comenzar a levantar los controles de precios.


La curiosidad en Davos fue la nula mención a la baja de impuestos, principio eficaz y rápido de fortalecer la libertad de los ciudadanos, algo que ya no puede seguir esperando nuestra economía.








 

Inflación, blanqueo, fuga de divisas y un probable cisne negro

La inflación cero, el blanqueo antifuga y un cisne negro en el horizonte

Diego Dequino, 08 de agosto de 2024

También en La Voz del Interior 11-08-2024

La Argentina atacó con determinación el déficit fiscal y la emisión descontrolada de pesos en la primera mitad del año.

En la segunda mitad deberá despejar dos dudas que afectan las chances de volver a crecer. 

La primera es lograr estabilizar la inflación en valores inferiores a la devaluación programada del 2% mensual sobre dólar oficial.

La segunda es desarmar progresivamente el cepo al dólar, para desanudar los múltiples corsés que distorsionan el valor del peso argentino.

Pero esta semana apareció una tercera duda, que tiene las características de un cisne negro aleteando en el horizonte.

La inflación cero y el cepo al dólar

El gobierno puso como objetivo la inflación cero, lo cual es posible, aunque las preguntas más importantes son cómo se llega a esa inflación cero y cómo continuará la economía el día después.

Como el mercado de cambios tiene actualmente un “cepo al dólar”, que técnicamente es una segmentación de la demanda y la oferta, entonces las dudas son si llegaremos a la inflación cero con ó sin cepo al dólar; con ó sin ajuste en el valor del dólar.

La economía real crecerá solamente con precios relativos estables y anclados, para que el crédito productivo pueda prender entre las empresas para apalancar el crecimiento, y ser tomado por las familias para expandir su consumo.

Los precios relativos estables implica como condición necesaria que la inflación no supere el 12% anual, y para ello el gobierno junto con el Banco Central deberán atender la recuperación tanto de la demanda de pesos como de la oferta de dólares, porque no alcanza con controlar solamente la oferta de pesos y la demanda de dólares.

Los precios relativos anclados implica estabilidad entre los salarios de cada sector de actividad, en las tarifas de los servicios públicos, en los márgenes empresarios, en la tasa de interés, en la incidencia de los impuestos, de manera tal que quienes producen y consumen puedan planificar su vida económica a cinco, siete o diez años como mínimo.

Pero los precios relativos no podrán anclarse mientras exista el cepo, ya que el desarbitraje entre los múltiples valores del dólar, genera bolsones de renta financiera que afectan negativamente al clima de negocios.

Un blanqueo que debe evitar la fuga

Los bolsones de renta financiera cuando están desligados del proceso productivo, permiten ganar o perder dinero en porcentajes altos de forma rápida, sin analizar ni apalancar negocios de la economía real. 

Cuanto más grandes sean las ganancias y pérdidas así producidas, mayor será el entorpecimiento en las decisiones de inversión y consumo planificado.

La historia Argentina indica que si los estímulos sobre las decisiones de inversión no se alinean de manera rápida, aquellos que ganaron mucho y rápido optan por resguardar sus activos fuera del territorio nacional. 

Quien ganó poco o no ganó, quiebra si la actividad económica en general no crece. 

El capital de inversión solamente retorna cuando hay una quita muy fuerte en el precio de los activos argentinos, algo que no ocurrió porque equivale a la crisis que el gobierno logró evitar.

El éxito en el blanqueo de capitales puede ser la llave para facilitar esa conexión rápida, comprimiendo el calendario, descontando los días que pasan y que hacen que sea cada vez más costoso desarticular los estímulos que frenan las decisiones de inversión.

Un fino mecanismo de relojería financiera y de estímulos sobre la inversión serán claves para el desenlace.

Un cisne negro aletea en el horizonte

El lunes 5 de agosto los mercados financieros globales cayeron de manera abrupta. Para sacar conclusiones debemos esperar: puede ser una corrección puntual del mercado o el puntapié de una crisis más profunda y extendida, como ocurrió en otros momentos de crisis globales.

Si bien la explicación de las circunstancias en las que ocurrió excede esta columna, se pueden resumir en los siguientes puntos: primero, el jueves el principal productor mundial de microchips (Intel) presentó un balance trimestral horrible que puso sombra sobre ese rubro, muy ligado al desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial.

Luego, se conoció el dato de desempleo en Estados Unidos que sembró indicios de recesión de su economía y ese mismo lunes, de manera relativamente sorpresiva, el Banco Central de Japón decidió interrumpir una política de dos décadas de tasa de interés cero o negativa, produciendo la revaluación fuerte del yen con relación al dólar.

Esta combinación gatilló un reacomodamiento de carteras de inversión que estaban apalancadas en créditos muy baratos denominados en yenes, golpeando otros mercados del mundo en donde se desarmaron posiciones de inversión especulativa, con probable link al sector de las tecnológicas.

Las magnitudes de carteras que ajustan se estima entre cinco y diez billones de dólares, equivalentes a un PBI de Japón (cuarta economía mundial) o un tercio del PBI de USA.

Si bien la coordinación de los gobiernos desarrollados y sus bancos centrales ha mejorado progresivamente, la presión sobre los mercados financieros será grande de continuar esta situación.

En tal caso, los próximos noventa días serán críticos para la Argentina porque estos cisnes negros, cuando impactan, tienen resago temporal tal como ocurrió en 2000, en 2008 y en 2018. 

Ello encuentra a la Argentina con pros y contras, diferenciales.

En los pro, un resultado fiscal positivo que evita la necesidad inmediata de apalancamiento al gobierno, y una oferta de pesos muy contenida por la política restrictiva del Banco Central.

En los contras, una economía en caída desde hace 18 meses, y niveles de pobreza extraordinariamente altos en términos históricos.


martes, 6 de agosto de 2024

Lunes negro en los mercados financieros

 Un cisne negro asoma en el horizonte financiero

Diego Dequino, 05 de Agosto 2024

Especial para Comercio y Justicia - Columna

La caída significativa en los mercados financieros globales de ayer fue producto de un conjunto de circunstancias. El jueves se produjo un anticipo, con datos negativos en el último balance que presentó la empresa Intel en función de las regulaciones que tiene en el mercado que cotiza, que es el de Nueva York. Este indicador produjo una caída del orden de 25% del valor de esta tecnológica y ello, si bien representa un dato muy específico, en rigor puso una sombra sobre todo el mercado de la producción de microchips, muy ligado al desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial.

Luego, el viernes se conoció el dato de desempleo en Estados Unidos que, a contramano de lo que se imaginaba, aumentó por encima de lo previsto y esto puso una presión sobre la decisión que ya había tomado la Reserva Federal de no bajar las tasas para el mes de septiembre. 

¿Esto qué significa? Que esta suba en el desempleo, ligada a una métrica que se utiliza para seguir el resultado la macroeconomía estadounidense, sugiere serios indicios de que EEUU podría estar entrando en una recesión, con lo cual iría a contramano de la visión que venía teniendo la Reserva Federal, que no veía riesgo inminente de una recesión y había postergado la baja de tasa de interés para fortalecer la liquidez de los mercados financieros. Y -en tercer término- de manera relativamente sorpresiva este lunes el Banco Central de Japón decidió interrumpir una política de más de dos décadas de tasa de interés que era cero o negativa, subiendo 0,25% porcentual. Esto en sí no fue sorpresivo pero sí la manera en que ocurrió, porque no estaba previsto por los mercados. La decisión produjo una revaluación del yen con relación al dólar del orden de 20 por ciento, aproximadamente, y el efecto colateral que produjo esta medida es que está anticipando que esta política de ir subiendo la tasa de interés sería una política en marcha pero es un dato muy diferente al que venía ocurriendo desde hace más de dos décadas, con lo cual todo el financiamiento que había otorgado Japón a través de esta política monetaria muy laxa empezaría un proceso de corrección. Esto lo que ha hecho es que muchos fondos de inversión que estaban apalancados en yenes hayan tenido que recalcular su rentabilidad y sus planillas, con lo cual empezaron a desarmar muchas posiciones especialmente en las zonas de inversión especulativa y ahí se linkea al sector de las tecnológicas ligada a esta novedad que es el desarrollo de los chips y la inteligencia artificial.

Esta suba en la tasa de interés de Japón, como mencionaba en el párrafo anterior, ha comenzado a “secar” el apalancamiento barato que se obtenía de la emisión laxa que tenía o la política laxa monetaria que tenía el Banco Central de Japón y esto ha ocurrido de forma relativamente rápida, lo que produjo una caída muy fuerte en muchos papeles que cotizan en otras bolsas del mundo. Corregir el valor del yen, entre otros, ha tenido que rehacer sus posiciones de caja progresivamente para reducir esa deuda para que le cierren sus planillas del prorrateo financiero de la inversión.

El orden de la magnitud del ajuste es muy grande porque en el caso de Japón tiene una monetización líquida de alrededor de entre quince billones y veinte billones de dólares y, en el caso de las tecnológicas, en los últimos veinte meses han acumulado ganancias que están en el orden de los tres billones o cuatro billones de dólares, con lo cual estos movimientos son de una magnitud muy significativa y han producido esta baja en los mercados.

En el caso de Argentina es muy posible que en los próximos 90 días nuestra economía esté muy agredida y muy sometida a estrés porque este tipo de cisnes negros suelen tener este efecto en en las economías reales en tiempo que van de los noventa a cien días.

Por último, Argentina -en situación de estrés financiero- con este cisne negro se enfrenta con dos condiciones diferenciales respecto a situaciones anteriores, con un resultado fiscal contenido, situación que no le genera una necesidad inmediata de apalancamiento y, por otro lado, la oferta de peso está muy contenida por la política muy restrictiva el Banco Central. Las contras son dos: por un lado, la economía está en recesión y -además- con niveles de pobreza sumamente altos.