El triunfo republicano otorga más grados de libertad al plan de Milei
Diego Dequino
06/11/2024
(también en Comercio y Justicio diario)
El triunfo de Trump es una muy buena noticia para las expectativas respecto del clima de negocio en la Argentina. Es previsible que en los próximos meses ingresemos en una espiral de optimismo, quizá desmedido, pero que servirá al Gobierno para terminar de remover algunos obstáculos que mantiene el paquete económico.
En particular, le permitirá afrontar el desafío de remover
el cepo al tipo de cambio, así como enfocarse mejor en el programa del régimen
especial de inversiones, de manera tal que mejore el empleo y la productividad
en el país.
Desde el punto de vista financiero, a Argentina se le abrirá
una gran oportunidad para volver a los mercados voluntarios de crédito y
terminar, de esa manera, de despejar la sostenibilidad de la deuda pública, en
particular la parte relacionada a la devolución de los pagos de capital, ya que
los pagos de intereses están asegurados con el superávit fiscal.
Esas condiciones permitirán mantener a raya el riesgo país
en niveles más parecidos a los países de región, lo cual facilitará el acceso
al crédito para amplios sectores de la población, sin por ello poner en riesgo
la inflación nominal de nuestros productos.
En síntesis, para la política económica les será más fácil
terminar de poner en caja las variables que están bajo su tutela y responsabilidad. Quedarán por supuesto pendientes aspectos vinculados a la
presión impositiva, particularmente las retenciones ligadas al agro.
Desde el punto de vista de los desafíos, las primeras
amenazas vendrán del lado de un fortalecimiento del dólar a nivel mundial, lo
cual podría producir una reversión en el flujo de capitales. Si el tipo de
cambio en nuestro país permanece fijo,ello amenazará nuestra competitividad, ya
que la revalorización, en este caso de nuestra moneda, al seguir al dólar,
vendrá desde el lado del emisor del dólar y no por condiciones de productividad
de nuestro país.
Otro desafío que tendrá que afrontar nuestra economía podrá
estar ligado a las eventuales medidas proteccionistas que pueda llevar adelante
el gobierno de Estados Unidos desde el año próximo, lo cual podría poner en
riesgo la capacidad exportadora hacia ese mercado por parte de nuestras empresas.
Una nota aparte se la lleva la relación con el Fondo
Monetario Internacional, que muy probablemente cambiará en el sentido de que
nuestro país podrá imponer condiciones al acreedor en la medida que tendrá el
beneplácito del principal accionista del fondo que es el gobierno de Estados
Unidos.
En síntesis, el triunfo de Trump le otorgará al Gobierno en
materia de su política económica más grados de libertad y por ende una mayor
zona de confort para seguir recalculando las medidas que han implementado desde diciembre del 2023; por otro lado, subirán las amenazas
en materia de la economía real y la capacidad que tenga la misma para volver a
crecer creando empleo y mejorando salario.
Sin dudas, el desafío final será
mantener la combinación exacta entre la revalorización en dólares que han
tenido los activos financieros y reales de nuestro país, combinado con una
capacidad limitada entre los sectores de ingresos fijos asalariados en materia de
capacidad de compra y acceso a participación de las riquezas.