jueves, 7 de noviembre de 2024

Triunfo de Trump otorga más libertad al plan de Milei

 El triunfo republicano otorga más grados de libertad al plan de Milei

Diego Dequino 

06/11/2024

(también en Comercio y Justicio diario)

El triunfo de Trump es una muy buena noticia para las expectativas respecto del clima de negocio en la Argentina. Es previsible que en los próximos meses ingresemos en una espiral de optimismo, quizá desmedido, pero que servirá al Gobierno para terminar de remover algunos obstáculos que mantiene el paquete económico.

En particular, le permitirá afrontar el desafío de remover el cepo al tipo de cambio, así como enfocarse mejor en el programa del régimen especial de inversiones, de manera tal que mejore el empleo y la productividad en el país.

Desde el punto de vista financiero, a Argentina se le abrirá una gran oportunidad para volver a los mercados voluntarios de crédito y terminar, de esa manera, de despejar la sostenibilidad de la deuda pública, en particular la parte relacionada a la devolución de los pagos de capital, ya que los pagos de intereses están asegurados con el superávit fiscal.

Esas condiciones permitirán mantener a raya el riesgo país en niveles más parecidos a los países de región, lo cual facilitará el acceso al crédito para amplios sectores de la población, sin por ello poner en riesgo la inflación nominal de nuestros productos.

En síntesis, para la política económica les será más fácil terminar de poner en caja las variables que están bajo su tutela y responsabilidad. Quedarán por supuesto pendientes aspectos vinculados a la presión impositiva, particularmente las retenciones ligadas al agro.

Desde el punto de vista de los desafíos, las primeras amenazas vendrán del lado de un fortalecimiento del dólar a nivel mundial, lo cual podría producir una reversión en el flujo de capitales. Si el tipo de cambio en nuestro país permanece fijo,ello amenazará nuestra competitividad, ya que la revalorización, en este caso de nuestra moneda, al seguir al dólar, vendrá desde el lado del emisor del dólar y no por condiciones de productividad de nuestro país.

Otro desafío que tendrá que afrontar nuestra economía podrá estar ligado a las eventuales medidas proteccionistas que pueda llevar adelante el gobierno de Estados Unidos desde el año próximo, lo cual podría poner en riesgo la capacidad exportadora hacia ese mercado por parte de nuestras empresas.

Una nota aparte se la lleva la relación con el Fondo Monetario Internacional, que muy probablemente cambiará en el sentido de que nuestro país podrá imponer condiciones al acreedor en la medida que tendrá el beneplácito del principal accionista del fondo que es el gobierno de Estados Unidos.

En síntesis, el triunfo de Trump le otorgará al Gobierno en materia de su política económica más grados de libertad y por ende una mayor zona de confort para seguir recalculando las medidas que han implementado desde diciembre del 2023; por otro lado, subirán las amenazas en materia de la economía real y la capacidad que tenga la misma para volver a crecer creando empleo y mejorando salario.

Sin dudas, el desafío final será mantener la combinación exacta entre la revalorización en dólares que han tenido los activos financieros y reales de nuestro país, combinado con una capacidad limitada entre los sectores de ingresos fijos asalariados en materia de capacidad de compra y acceso a participación de las riquezas.

 

domingo, 11 de agosto de 2024

El discurso de Milei en Davos - 2024

LA COPA EMPRESA SE JUEGA EN DAVOS 

-Se preparó para jugar las grandes ligas, pero

no habló de la baja de impuestos-


Diego Dequino, 17/01/2024


También en Davos La Voz 18-01-2024


El Presidente Milei en la conferencia de Davos demostró que se preparó para jugar en las grandes ligas de la economía mundial.


Defensas encendidas de la libertad económica e individual por encima de todo y de todos, del derecho de propiedad y de los empresarios en tanto héroes sociales del siglo XXI, exponen audacia y astucia muy por encima del promedio.


Si los problemas económicos argentinos fueran análogos al fútbol diremos que desde hace cincuenta campeonatos, estamos jugando solamente a salvarnos del descenso.


En Davos el Presidente de manera inteligente eligió elogiar a los empresarios globales y ofrecerles la Argentina como aliado inclaudicable para que ejerzan su función, con la esperanza de que cambie el clima de negocios en nuestro país desde afuera hacia adentro.


Si los problemas de la inflación estrepitosa, del empleo de mala calidad, de la marginalidad, de la pobreza y de la falta de crecimiento fueran también futbolísticos; deberíamos como en el fútbol “meter mano” para poner defensores más sólidos, delanteros más goleadores, mejores equipos técnicos, mayor desarrollo de inferiores, nueva alimentación y rutinas de entrenamiento.


En Davos el Presidente avisó que quiere o está “metiendo mano” -aún cuesta discriminar deseo versus acción- sobre la gestión en aquellos asuntos donde el Estado invade la libertad económica e individual que pueden conducir según sus palabras a mal controlar los destinos de millones de seres humanos: la emisión monetaria, el endeudamiento, los subsidios, el control de la tasa de interés,los controles de precios y las regulaciones.


Deberemos esperar esos cambios para ver si nuestra economía comienza a jugar a otro nivel y no sólo para evitar descender, porque de momento solo se advierte efectivos en lo referido a las regulaciones y comenzar a levantar los controles de precios.


La curiosidad en Davos fue la nula mención a la baja de impuestos, principio eficaz y rápido de fortalecer la libertad de los ciudadanos, algo que ya no puede seguir esperando nuestra economía.








 

Inflación, blanqueo, fuga de divisas y un probable cisne negro

La inflación cero, el blanqueo antifuga y un cisne negro en el horizonte

Diego Dequino, 08 de agosto de 2024

También en La Voz del Interior 11-08-2024

La Argentina atacó con determinación el déficit fiscal y la emisión descontrolada de pesos en la primera mitad del año.

En la segunda mitad deberá despejar dos dudas que afectan las chances de volver a crecer. 

La primera es lograr estabilizar la inflación en valores inferiores a la devaluación programada del 2% mensual sobre dólar oficial.

La segunda es desarmar progresivamente el cepo al dólar, para desanudar los múltiples corsés que distorsionan el valor del peso argentino.

Pero esta semana apareció una tercera duda, que tiene las características de un cisne negro aleteando en el horizonte.

La inflación cero y el cepo al dólar

El gobierno puso como objetivo la inflación cero, lo cual es posible, aunque las preguntas más importantes son cómo se llega a esa inflación cero y cómo continuará la economía el día después.

Como el mercado de cambios tiene actualmente un “cepo al dólar”, que técnicamente es una segmentación de la demanda y la oferta, entonces las dudas son si llegaremos a la inflación cero con ó sin cepo al dólar; con ó sin ajuste en el valor del dólar.

La economía real crecerá solamente con precios relativos estables y anclados, para que el crédito productivo pueda prender entre las empresas para apalancar el crecimiento, y ser tomado por las familias para expandir su consumo.

Los precios relativos estables implica como condición necesaria que la inflación no supere el 12% anual, y para ello el gobierno junto con el Banco Central deberán atender la recuperación tanto de la demanda de pesos como de la oferta de dólares, porque no alcanza con controlar solamente la oferta de pesos y la demanda de dólares.

Los precios relativos anclados implica estabilidad entre los salarios de cada sector de actividad, en las tarifas de los servicios públicos, en los márgenes empresarios, en la tasa de interés, en la incidencia de los impuestos, de manera tal que quienes producen y consumen puedan planificar su vida económica a cinco, siete o diez años como mínimo.

Pero los precios relativos no podrán anclarse mientras exista el cepo, ya que el desarbitraje entre los múltiples valores del dólar, genera bolsones de renta financiera que afectan negativamente al clima de negocios.

Un blanqueo que debe evitar la fuga

Los bolsones de renta financiera cuando están desligados del proceso productivo, permiten ganar o perder dinero en porcentajes altos de forma rápida, sin analizar ni apalancar negocios de la economía real. 

Cuanto más grandes sean las ganancias y pérdidas así producidas, mayor será el entorpecimiento en las decisiones de inversión y consumo planificado.

La historia Argentina indica que si los estímulos sobre las decisiones de inversión no se alinean de manera rápida, aquellos que ganaron mucho y rápido optan por resguardar sus activos fuera del territorio nacional. 

Quien ganó poco o no ganó, quiebra si la actividad económica en general no crece. 

El capital de inversión solamente retorna cuando hay una quita muy fuerte en el precio de los activos argentinos, algo que no ocurrió porque equivale a la crisis que el gobierno logró evitar.

El éxito en el blanqueo de capitales puede ser la llave para facilitar esa conexión rápida, comprimiendo el calendario, descontando los días que pasan y que hacen que sea cada vez más costoso desarticular los estímulos que frenan las decisiones de inversión.

Un fino mecanismo de relojería financiera y de estímulos sobre la inversión serán claves para el desenlace.

Un cisne negro aletea en el horizonte

El lunes 5 de agosto los mercados financieros globales cayeron de manera abrupta. Para sacar conclusiones debemos esperar: puede ser una corrección puntual del mercado o el puntapié de una crisis más profunda y extendida, como ocurrió en otros momentos de crisis globales.

Si bien la explicación de las circunstancias en las que ocurrió excede esta columna, se pueden resumir en los siguientes puntos: primero, el jueves el principal productor mundial de microchips (Intel) presentó un balance trimestral horrible que puso sombra sobre ese rubro, muy ligado al desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial.

Luego, se conoció el dato de desempleo en Estados Unidos que sembró indicios de recesión de su economía y ese mismo lunes, de manera relativamente sorpresiva, el Banco Central de Japón decidió interrumpir una política de dos décadas de tasa de interés cero o negativa, produciendo la revaluación fuerte del yen con relación al dólar.

Esta combinación gatilló un reacomodamiento de carteras de inversión que estaban apalancadas en créditos muy baratos denominados en yenes, golpeando otros mercados del mundo en donde se desarmaron posiciones de inversión especulativa, con probable link al sector de las tecnológicas.

Las magnitudes de carteras que ajustan se estima entre cinco y diez billones de dólares, equivalentes a un PBI de Japón (cuarta economía mundial) o un tercio del PBI de USA.

Si bien la coordinación de los gobiernos desarrollados y sus bancos centrales ha mejorado progresivamente, la presión sobre los mercados financieros será grande de continuar esta situación.

En tal caso, los próximos noventa días serán críticos para la Argentina porque estos cisnes negros, cuando impactan, tienen resago temporal tal como ocurrió en 2000, en 2008 y en 2018. 

Ello encuentra a la Argentina con pros y contras, diferenciales.

En los pro, un resultado fiscal positivo que evita la necesidad inmediata de apalancamiento al gobierno, y una oferta de pesos muy contenida por la política restrictiva del Banco Central.

En los contras, una economía en caída desde hace 18 meses, y niveles de pobreza extraordinariamente altos en términos históricos.


martes, 6 de agosto de 2024

Lunes negro en los mercados financieros

 Un cisne negro asoma en el horizonte financiero

Diego Dequino, 05 de Agosto 2024

Especial para Comercio y Justicia - Columna

La caída significativa en los mercados financieros globales de ayer fue producto de un conjunto de circunstancias. El jueves se produjo un anticipo, con datos negativos en el último balance que presentó la empresa Intel en función de las regulaciones que tiene en el mercado que cotiza, que es el de Nueva York. Este indicador produjo una caída del orden de 25% del valor de esta tecnológica y ello, si bien representa un dato muy específico, en rigor puso una sombra sobre todo el mercado de la producción de microchips, muy ligado al desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial.

Luego, el viernes se conoció el dato de desempleo en Estados Unidos que, a contramano de lo que se imaginaba, aumentó por encima de lo previsto y esto puso una presión sobre la decisión que ya había tomado la Reserva Federal de no bajar las tasas para el mes de septiembre. 

¿Esto qué significa? Que esta suba en el desempleo, ligada a una métrica que se utiliza para seguir el resultado la macroeconomía estadounidense, sugiere serios indicios de que EEUU podría estar entrando en una recesión, con lo cual iría a contramano de la visión que venía teniendo la Reserva Federal, que no veía riesgo inminente de una recesión y había postergado la baja de tasa de interés para fortalecer la liquidez de los mercados financieros. Y -en tercer término- de manera relativamente sorpresiva este lunes el Banco Central de Japón decidió interrumpir una política de más de dos décadas de tasa de interés que era cero o negativa, subiendo 0,25% porcentual. Esto en sí no fue sorpresivo pero sí la manera en que ocurrió, porque no estaba previsto por los mercados. La decisión produjo una revaluación del yen con relación al dólar del orden de 20 por ciento, aproximadamente, y el efecto colateral que produjo esta medida es que está anticipando que esta política de ir subiendo la tasa de interés sería una política en marcha pero es un dato muy diferente al que venía ocurriendo desde hace más de dos décadas, con lo cual todo el financiamiento que había otorgado Japón a través de esta política monetaria muy laxa empezaría un proceso de corrección. Esto lo que ha hecho es que muchos fondos de inversión que estaban apalancados en yenes hayan tenido que recalcular su rentabilidad y sus planillas, con lo cual empezaron a desarmar muchas posiciones especialmente en las zonas de inversión especulativa y ahí se linkea al sector de las tecnológicas ligada a esta novedad que es el desarrollo de los chips y la inteligencia artificial.

Esta suba en la tasa de interés de Japón, como mencionaba en el párrafo anterior, ha comenzado a “secar” el apalancamiento barato que se obtenía de la emisión laxa que tenía o la política laxa monetaria que tenía el Banco Central de Japón y esto ha ocurrido de forma relativamente rápida, lo que produjo una caída muy fuerte en muchos papeles que cotizan en otras bolsas del mundo. Corregir el valor del yen, entre otros, ha tenido que rehacer sus posiciones de caja progresivamente para reducir esa deuda para que le cierren sus planillas del prorrateo financiero de la inversión.

El orden de la magnitud del ajuste es muy grande porque en el caso de Japón tiene una monetización líquida de alrededor de entre quince billones y veinte billones de dólares y, en el caso de las tecnológicas, en los últimos veinte meses han acumulado ganancias que están en el orden de los tres billones o cuatro billones de dólares, con lo cual estos movimientos son de una magnitud muy significativa y han producido esta baja en los mercados.

En el caso de Argentina es muy posible que en los próximos 90 días nuestra economía esté muy agredida y muy sometida a estrés porque este tipo de cisnes negros suelen tener este efecto en en las economías reales en tiempo que van de los noventa a cien días.

Por último, Argentina -en situación de estrés financiero- con este cisne negro se enfrenta con dos condiciones diferenciales respecto a situaciones anteriores, con un resultado fiscal contenido, situación que no le genera una necesidad inmediata de apalancamiento y, por otro lado, la oferta de peso está muy contenida por la política muy restrictiva el Banco Central. Las contras son dos: por un lado, la economía está en recesión y -además- con niveles de pobreza sumamente altos.


domingo, 26 de mayo de 2024

La economía argentina, la Odisea y los cantos de sirenas

Mientras la economía navega por aguas inmóviles, Milei conduce atado al mástil

Diego Dequino, 25/05/2024

(también en Milei como Ulises moderno en La Voz)


El gobierno argentino tomó el 10 de diciembre de 2023 una decisión irrenunciable, reducir la participación del Estado en la economía.

Desde ese momento, entre medidas previsibles y acciones repentistas, se dió a la tarea de dejar de gastar sin importar demasiado las formas y sostener los recursos fiscales a como dé lugar.

El enfoque adoptado es el de la sindicatura cuando se hace cargo de una empresa concursada: no pagar a nadie al inicio, hacer caja para tener algo de espalda financiera y luego administrar las presiones de los acreedores mientras se diseña el futuro.

La duda siempre en un concurso de acreedores es si la empresa será rescatada para volver a crecer; o si ineluctablemente deberá ser liquidada antes de quebrar.

Cuando revisamos las acciones de la política económica en curso, predomina la idea que la economía argentina será rescatada para volver a crecer, al margen de los sectores dañados en el camino.

Pero al prestar atención a la retórica política del gobierno, aparecen dudas que nos llevan a pensar que la economía argentina se administra para ser liquidada como mal menor antes de la quiebra.

Debemos comprender que la Argentina durante este año 2024 se moverá con pocos argumentos tecnocráticos sobre la economía y lejos de la sintonía fina, para sostener su trayectoria solo por tensión entre la pura convicción de algunos versus la desesperanza de otros.

Desde la tempestad a la quietud del estanque

En el final de 2023 la Argentina alcanzaba un déficit fiscal incontenible del 15% del PBI, que combinado con la devaluación del 118% con quita de subsidios y liberación de precios regulados, produjeron una llamarada inflacionaria cercana al 1.500% anual.

Cinco meses después la inflación viaja al 90% anual y con pronóstico de seguir descendiendo.

El peso argentino pasó de ser una moneda de fuga, a ser la unidad de cuenta indexada -con CER o UVA- más requerida para atesoramiento a plazos inferiores a tres años y para préstamos a más de cinco años.

Mientras tanto la economía argentina entró en modo stand by, con una caída estimada del 6% del PBI en el primer cuatrimestre, que se suma al -1,6% en 2023.

Los efectos sobre el consumo y la inversión tanto pública como privada, son palpables.

La Argentina al igual que en el relato de la Odisea, mientras Ulises estaba en tránsito hacia Ítaca para volver con su amada Penélope, hubo un determinado momento en que los vientos se transformaron en quietud inmóvil.

Remar para seguir avanzando

La retórica del gobierno al afirmar “no hay plata”, insta a los ciudadanos a ponerse en “modo ahorro” o stand by, en una concepción austera tanto del Estado como de la sociedad.

Las claves económicas de los próximos años están cifradas en torno a la estabilidad monetaria, la desregulación de la actividad económica, achicar el Estado con reducción de la presión fiscal, el regreso del crédito interno para el sector privado y el retorno a los mercados internacionales de créditos.

Los pilares del crecimiento económico seguirán ligados a nuestro sector más competitivo que es el complejo agroexportador, al cuál se sumarán la producción de energía convencional y no convencional, la minería y los sectores blandos de la innovación y la tecnología digital.

Lamentablemente la infraestructura y la construcción deberán esperar que exista claridad sobre los anteriores pilares para sumarse al envión de crecimiento.

Los aumentos en las tarifas de los servicios públicos combinados con un freno en la evolución de los salarios, la reducción de las jubilaciones, el aumento de la informalidad laboral está produciendo un fenómeno de igualación hacia abajo en gran parte de la población.

Cartografía con forma de U

Mientras los ciudadanos subsistimos como trabajadores, desempleados, estudiantes o retirados deberemos seguir aguantando con estoicidad los cantos de sirenas que nos invitan a abandonar el viaje.

Evitar que la población renuncie a los esfuerzos económicos extraordinarios en volumen e inéditos en alcance que está afrontando, es una llave crítica para que el plan económico del gobierno no se dilapide en la mitad del proceso.

El final de la inmovilidad económica comenzará cuando los nuevos precios relativos se consoliden, allí será el final -cada vez más ansiado- en la caída de la economía.

La recuperación económica, esperada a partir del segundo semestre, dependerá de cuán rápidos prendan los créditos al consumo y la inversión que incipientemente comenzaron a ofrecer las entidades bancarias.

Esta recuperación con forma de U solamente se consolidará si el gobierno es capaz de encontrar una solución al cepo sobre el dólar, simple y comprensible para todos.

La vuelta al crecimiento

Los argentinos fuimos seducidos reiteradas veces y de variadas formas, incluso de manera poco ética, para convencernos de que la política era capaz de conducir a la economía a un mejor lugar.

Milei, visto a sí mismo como un Ulises moderno, quiere demostrar que superaremos las adversidades, liderados por su temple y astucia.

Intenta convencernos de que se preparó debidamente para enfrentarse al peor de los escenarios, guiándonos para salvarnos de la muerte segura por hiperinflación.

Pero también nos muestra a alguien impulsivo y temerario, que incluso se pone a sí mismo en peligro con tal de lograr su propósito.

Como Ulises, Milei viaja atado al mástil para resistir la tentación de conducirnos a un nuevo estancamiento económico, mientras todos los ciudadanos remamos con fuerza aceptando no escuchar los cantos de sirenas que buscan atraernos a las calmadas costas de bellas islas con el fin de ahogarnos.

Si bien el relato es narrado con éxito en la Odisea, no siempre se tiene la misma suerte que Ulises.