Dólar y tasa de interés, esperemos no tropezar con la misma piedra.
Diego Dequino,
02/09/2025
(también en Comercio y Justicia Diario)
Las medidas tomadas por el gobierno en materia de política
monetaria y financiera en los últimos 60 días, luego del desarme de las letras
fiscales (LEFI, anteriormente las LELIQ), produjo en primer orden sorpresa en
el mercado para progresivamente transformarse en consternación.
El gobierno al desarmar de pronto las letras fiscales, que
era la manera última que tenía el Banco Central y el Tesoro Nacional de
remunerar los excedentes de depósitos que tienen los bancos, excedentes
acumulados porque los bancos prestan muy poco con relación a los depósitos que
tienen, produjo un desbarajuste en el sistema de negocio que manejan las
entidades financieras.
Este desbarajuste consistió en quitarles de pronto la fuente
de rentabilidad que tenían los bancos y también la herramienta que les
facilitaba administrar el dinero en caja o liquidez al cual están obligados a
disponer.
Desde ese momento en adelante, el sistema financiero empezó
a corcovear y arrojar señales en un sentido con el precio del dólar y en el
otro sentido con la tasa de interés.
Lo cierto es que el gobierno se encuentra en una
encrucijada, donde ellos mismos decidieron ingresar, jugando todas sus fichas a
las elecciones de medio término, empezando por las del próximo domingo en la
provincia de Buenos Aires, para proseguir en las elecciones nacionales de
octubre.
Esta encrucijada está poniendo a la economía en una
situación de conflicto productivo, porque con las tasas extraordinarias de
interés que existen hoy, nadie puede en su sano juicio endeudarse para consumir
o para producir.
Por otro lado, esta incertidumbre, en Argentina ya lo
sabemos, produce un aumento inmediato en el deseo por poseer y atesorar
dólares, sean personas, sean empresas.
¿Cómo continuará esta coyuntura en materia del precio del
dólar y de la tasa de interés?
Lo más probable es que el gobierno siga jugando todas las
herramientas que tiene, inclusive algunas más, para mantener a raya al dólar,
al menos hasta este viernes.
A partir del lunes 8 de septiembre próximo, si el gobierno obtuvo
una buena elección en la provincia de Buenos Aires, entonces profundizará las
medidas actuales, corrigiendo y aumentando con nueva reglamentación y nuevas
restricciones al sistema financiero.
Ahora bien, si el gobierno no hace una buena elección, va a
tener que sentarse a negociar con el sistema financiero que tiene alrededor del
equivalente a 14 o 15 mil millones de dólares en el aire. De manera de volver a
aterrizar ese dinero, para quitarle presiones sobre al dólar y la tasa de
interés. Eso significaría que muy probablemente tengan que restablecer una
herramienta similar a lo que fueron las LELIQ en su momento o las letras
fiscales (LEFI) últimamente.
Y si el gobierno hace una mala elección en el domingo
próximo en la provincia de Buenos Aires, lo más probable es que se siente, pero
de forma debilitada, para llevar a cabo esta negociación con el sistema financiero,
agregando incertidumbre extraordinaria en materia económica y financiera de
cara a las elecciones de octubre.
Pero lo cierto es que, con este sistema de precios relativos, donde el dólar no encuentra un lugar de valor que deje a la mayoría de los argentinos seguros de que quedará allí estacionado, o que el precio del dinero -que es la tasa de interés- tenga valores razonables. O que los salarios tengan una capacidad adquisitiva acorde a un proyecto de vida que puedan llevar a cabo las familias, e inclusive algunos otros precios como las tarifas de servicios públicos, o algunos impuestos muy distorsivos como las retenciones. Si todos estos precios relativos no terminan de estabilizarse, será muy difícil que luego de octubre prenda un crecimiento robusto y sostenido de la economía argentina.