domingo, 28 de diciembre de 2014

COYUNTURA Y PENSAMIENTO ECONÓMICO. ARGENTINA 2002-2014.

Nota al lector: El presente documento fue elaborado durante febrero de 2002, impulsado por la inquietud en encontrar argumentos que permitieran desarrollar una explicación, al igual que otras de la época, a la muy díficil situación social, política y económica que atravesaba la Argentina en aquél momento. En este final de año 2014, simplemente realizamos una relectura y apenas una actualización de fechas debidamente señaladas entre paréntesis en cada caso. Esta republicación la realizamos dado que consideramos que el contenido fue asumiento una actualidad y vigencia durante 2013 y 2014 que augura -lamentablemente- un nuevo final de ciclo económico en el manejo de la política económica similar a lo ocurrido entre 1976 hasta 2002. El documento como observarán se ocupa de bucear en los procesos de pensamiento y poder antes que en la receta o política económica que se elija. El drama colectivo argentino consiste en última instancia en lograr la consistencia de largo plazo en los acuerdos antes que la mejoría o acierto puntual en materia de política económica.

La mirada plácida sobre cómo otros resuelven o desmejoran la realidad material y social de los ciudadanos consideramos que es al menos un acto de irresponsabilidad  profesional.  Por ello intento conmover a los colegas de la economía a que sean responsables en sus procesos de adoctrinamiento así como en los momentos de acceso al manejo de las herramientas de la política económica, sean de la Nación, de las Provincias o de un Municipio.
Córdoba, 28 de diciembre de 2014


INFLACIÓN: LAS PERCEPCIONES REFUTAN A LAS ESTADÍSTICAS




Inflación y velocidad del dinero: cuando las percepciones refutan a las estadísticas

11 de Diciembre de 2014
Diego Dequino
Especial para "La Voz del Interior"


Los índices de precios para medir inflación, son convenciones técnicas adoptadas para lograr consensos de cómo medir “cosas” que de por sí no podrían reunirse. Sino ¿cómo podría compararse el precio de la carne, el costo de vacaciones, con el costo de la salud o la entrada del cine? La percepción de los ciudadanos sobre la magnitud de la suba de los precios, se traduce lamentablemente en estadísticas oficiales diluidas, al extremo de alimentar una discusión política y técnica que incluye causas judiciales.

La Velocidad del dinero

La economía descriptiva como disciplina debería ser un espejo de la realidad si se desea construir confianza entre los ciudadanos. El método entonces debe exigirse para que sea capaz de validar las percepciones ciudadanas. Buscamos un concepto que permitiera a todos mirar la misma película de la inflación, pero con otra perspectiva. La Ecuación Cuantitativa del Dinero provee ese concepto. Esta ecuación en cuanto descripción es una tautología: dada la cantidad de dinero disponible en la economía y dada la cantidad de bienes y servicios que se producen en un período de tiempo – un año -, entonces ese dinero deberá “girar” o pasar de manos una cierta cantidad de veces para que los bienes producidos puedan comprarse y venderse.

La cantidad de veces que el dinero “gira” o pasa de manos, se conoce como velocidad de circulación del dinero. Es una medida de la cantidad de tiempo que estamos dispuestos a mantener el dinero en el bolsillo o en el banco, antes de gastarlo, invertirlo, trocarlo por algún bien o convertirlo en algún otro medio para atesorar (metales preciosos, moneda fuerte).

Cuando la velocidad aumenta, la gente percibe que el dinero “comienza a quemar” en sus manos y cuando disminuye se asocia a una mayor preferencia a ahorrar en pesos. Esta sensación sobre cuánto “quema” el dinero en las manos es común a todos los ciudadanos, no distingue escalas sociales ni estatus. Cuando “quema” lo sienten quienes compran a inicio del mes todo lo necesario para subsistir, o quienes invierten o compran dólares porque tienen recursos extraordinarios.

¿Cuánto “quema” el dinero?

Dividir bienes producidos sobre la cantidad de dinero disponible, permite calcular la velocidad del dinero. Las estadísticas oficiales proveen cantidad de dinero circulante a través de los agregados que el Banco Central calcula; la cantidad de bienes que se producen en la Argentina es su PBI; los precios surgen de los índices oficiales. Sobre cantidad de dinero y PBI no hay alternativas técnicas, pero sobre precios sí, por ello medimos la velocidad con tres índices oficiales: Índice de Precios Implícitos (IPI); Índice de Precios Mayoristas (IPI) e Índice de Precios al Consumidor (IPC) de GBA hasta 2013 y Nacional Único en 2014.

El cálculo arroja que en la última década la velocidad del dinero se redujo entre un 20% al 50%, dependiendo del Índice utilizado. Ello implicaría que los argentinos mantienen en sus bolsillos cada peso un tiempo superior entre el 20%-50% al que lo hacían en 2004, antes de gastarlos o invertirlos. Esta imagen contradice la percepción ciudadana ya que en los últimos cinco años los patrones comunes han sido huir de la moneda local adelantando consumo, cambiando a moneda fuerte, invirtiendo en activos o bienes durables.

Cuando incorporamos estadísticas de precios oficiosas el resultado cambió. Utilizando datos del CENDA, ONG que conducía el actual Ministro de Economía de la Argentina (Índice de 7 Provincias, 2004-2010, discontinuado) empalmados con IPC Congreso, el resultado arroja una tendencia más próxima a la percepción.

Fuente: http://diegodequino.blogspot.com.ar/2014/11/velocidad-del-dinero-acelera-en-ano-2014.html

Entre 2004-2006, la velocidad permanece constante e inclusive desciende, ello corresponde con la etapa dura y próspera de los llamados superávits gemelos, años de definitivo despegue de la economía y donde no se recurrió a emisión para financiar gastos corrientes. Entre 2007-2010 hay pérdida paulatina de confianza en la moneda local, aumenta la velocidad en una media anual del 6%, ello es consistente con el pago compulsivo al FMI y la crisis de desconfianza global de 2008. Entre 2010-2013 la velocidad permanece inalterada en su nueva zona de confort, consistente con la performance de la economía, la estabilidad cambiaria y el crecimiento tenue del trienio.

En este año 2014 se percibe un quiebre en la serie, la velocidad de circulación aumenta 20% en un año, igual que todo el trienio 2007-2010. Si bien la serie es corta y prematuro realizar proyecciones, es indudable que esta aceleración al “triple” coincide con el cambio de equipo económico del gobierno nacional en 2013.

La incógnita para 2015

En los últimos días el Gobierno Nacional matizó la estrategia de financiamiento del Tesoro capturando fondos voluntarios con Bonos. No obstante existen aspectos técnicos de dichas emisiones que son inconsistentes, mientras que los resultados obtenidos no fueron los más alentadores. Todo ello debilita la profundidad del mercado de financiamiento voluntario local. En caso que el Gobierno no resuelva el financiamiento voluntario externo en cantidad y calidad, continuará recurriendo a la emisión como mecanismo principal para financiar el déficit público corriente. Todo ese dinero en exceso puesto en las manos del público en un corto período pueda generar un nuevo salto en velocidad de circulación, de dimensiones ya registradas como se observó en el último año. Ello producirá una aceleración de la propia dinámica de precios en la cual está inserta esta estrategia de financiamiento y quienes sufrimos la final y definitiva aceleración inflacionaria de fines de 1980, deseamos que ese pasado que considerábamos clausurado, así continúe.