jueves, 19 de enero de 2023

RECOMPRA DE BONOS LAS CLAVES DE LA MEDIDA

PARA FRENAR EL DÓLAR EL GOBIERNO RECOMPRA BONOS DE GUZMÁN

Diego Dequino

18/01/2023


El anuncio de la recompra de Bonos de Deuda Argentina en dólares por parte del gobierno pretende ser una medida de alto impacto mediático y tenue impacto financiero, en el corto plazo.


La medida tendrá un bajo o nulo impacto económico en el mediano plazo, aunque es probable sea un adelanto de operaciones financieras de mayor escala.


Los bonos señalados como objetivo de la recompra son los más cortos y de peor diseño de la horrible canasta de Guzmán en el canje de 2020.


Vender dólares


La operación es una respuesta al recalentamiento del dólar desde el 9 de enero último, luego que se pagaron cupones sobre estos mismos bonos.


Cuando se compran bonos con dólares en cantidad significativa, su precio en esa moneda sube.


Mientras se mantenga su valor en pesos, el dólar bolsa bajará.


El anuncio del Ministro Massa señaló la recompra de Bonos Ley Nueva York que vencen en 2029 y 2030, por USD1.000 millones.


La normativa emitida tiene diferencias notables con el anuncio, ya que menciona a todos los bonos en dólares emitidos en 2020 (que son once) como candidatos a la recompra, dejando fuera a los nominados en Euros. 


La normativa no indica el monto máximo de la recompra; no menciona de dónde surgirán los fondos para pagar; el procedimiento consta en una carilla a mano alzada; y para rematar no está firmada por el Ministro.


La banalidad del texto es contraria a la grandilocuencia del anuncio.


La medida en sí no difiere mucho de vender dólares.


Amistosos con los mercados


La medida intenta ser “market friendly” porque reconoce explícitamente la necesidad de volver a los mercados voluntarios de crédito.


Si bien el monto de recompra parece un valor menor, es significativo cuando se lo pone sobre los bonos elegidos.


La medida es prueba y quizá preludio de una operación mayor de reapalancamiento para recompra.


Una operación con estas características, pero diez veces superior, con fondos y bancos locales junto a internacionales de baja escala, le permitirá al gobierno una dosis significativa de mejora financiera.


Una transición ordenada entre el gobierno actual y el próximo podría tener un nuevo activo institucional valioso, dado el contexto: una mejor relación con los mercados voluntarios de crédito.


Debemos saber que para salir del laberinto kafkiano del cepo al dólar con sus múltiples valores en el que estamos metidos, se necesitará una vuelta a esos mercados.


El riesgo jurídico


Quienes compraron en días previos los bonos elegidos (GD29, GD30) podrán recoger ganancias en dólares del 10% al 15%, como mínimo.


Las controversias por esas ganancias extraordinarias que se producen en pocos días, tendrán como destinatarios a los funcionarios signatarios de la norma.


Por medidas similares con bonos, el ex Ministro Boudou fue denunciado penalmente hace una década, por el ex Diputado Claudio Lozano miembro de la coalición hoy gobernante.


El inside information y la cadena de responsabilidades serán las claves.


Incógnitas


Quedan pendientes ¿Cuáles fondos del Tesoro serán imputados para soportar la compra?


Qué hará el gobierno con los bonos recomprados. ¿Se cargarán como parte de las  Reservas del Banco Central? ¿Serán destruidos? ¿Integrarán una cartera de bonos para soportar nuevas operaciones en el futuro?


Massa con esta medida reafirma su rol de ministro político, donde lo técnico es supletorio y delegado.


Massa sobre las cenizas del ex Ministro protegido de un Premio Nobel, parece construir su próximo peldaño en la candidatura a Presidente. 



lunes, 9 de enero de 2023

EL PESO ARGENTINO MÁS ALLÁ DE SUS LÍMITES

HOGUERA Y CURANDEROS, LA ARGENTINA DE CREER O REVENTAR

 

DIEGO DEQUINO

 

La economía argentina en este año 2023 se juega el destino de su moneda.

Si fuese una batalla medieval estaríamos poniendo en el centro del campo la bandera con la cual se orienta a las tropas propias, a la vez que sirve para fijar objetivo para los enemigos.

Perder para siempre esa bandera, equivale a resignar una cuota de soberanía y con ello quitar grados de libertad para la política propia.

Volverla a enarbolar con nuevos bríos y colores, podrá ser la piedra filosofal para que el país salga de la década de estancamiento que ingresó en 2012.

Todo el resto de los esfuerzos que se nos pidan y medidas que se implemente serán solamente parches, placebos o mera superchería.


La hoguera de los pesos

Sin moneda no hay crédito, sin crédito no hay crecimiento, sin crecimiento sólo queda subsistir.

La salida en julio de 2022 de Guzmán como ministro fue porque su diagnóstico y sus recetas no convencían a la coalición de gobierno.

Sin embargo, Guzmán negando las necesidades del país de mantenernos ligados a los mercados globales de crédito para refinanciar pasivos de mala calidad, obtener confianza para invertir y crecer, se ocupó meticulosamente de armar la hoguera perfecta para quebrar la confianza en el peso.

A eso lo llamó “desarrollar el mercado de pesos”, lo que no aclaró es que todos, pero todos los pesos eran para financiar los desbalances del Estado, dejando a los privados sin crédito.

La situación alcanza ribetes extravagantes en este año que inicia, donde el gobierno nacional prevé colocar $30 billones de deuda, repagar $23,6 billones y quedarse con la diferencia para financiamiento neto por $6,4 billones.

Mientras el stock total histórico vigente de créditos a privados, familias y empresas, apenas alcanza los $7 billones.

El gobierno tomará solamente en el año 2023 tantos pesos como todos los tomados por los privados de forma histórica.

La economía y el curanderismo

En julio de 2022 ingresó el hábil ministro Massa, que rechazó diagnóstico y recetas, pasando a ocuparse exclusivamente de los síntomas de los problemas macroeconómicos argentinos.

Se pasó de tener un médico que recetó mal y enfermó peor al paciente, a recurrir a las artes de curanderismo para atenuar los síntomas.

Rituales económicos de baja acción terapéutica intentan proveer los placebos necesarios para mantener el efecto sugestivo benéfico sobre una economía que nunca creció y apenas recuperó la caída.

En la gestión de Massa vemos medidas heterodoxas y coyunturales, que logran mover la rueda de la agenda circular de la economía argentina, pero sin avanzar.

Las medidas económicas de los últimos meses parecen escritas con tiza de fácil borrado en pizarrones de subastas semanales:

        Canje de deuda en pesos, tres veces en cinco meses.

        Gotear créditos del BID y la CAF.

        Gotear viejos créditos de infraestructura y cambiar el swap de monedas con China.

        Precios de oportunidad para el dólar: soja I, soja II, coldplay, ahorro, netflix, turista de ida y de vuelta, Qatar, cripto, etc, etc.

        Precios, algunos, que se acuerdan por pocos meses.

        Planes de cuotas fijas que ocultan tasas usuarias o subsidios digitados.

        Creación y modificación de diversos registros para exportar e importar.

        Monotributos varios: social, tech chico, tech grande.

        Nuevo proyecto de blanqueo de capitales como consecuencia de un acuerdo de intercambio de información con un país, USA.

        Nuevos impuestos sobre instrumentos financieros del propio estado que por definición son exentos, ello para cubrir agujeros de juicios perdidos.

 

Peso sin piso, dólar sin techo

 Desde el inicio de la pandemia:

         El dólar oficial creció 185%.

        La inflación creció 280%.

        El dólar blue y CCL crecieron 320% aproximadamente.

        El tipo de cambio de conversión o de equilibrio de corto plazo subió 380%.

     Los pasivos remunerados del Banco Central, Leliq y Pases, crecieron 666% al momento de escribir esta columna (interpretaciones esotéricas a cargo del lector).

En el mismo lapso las reservas brutas cayeron y nunca se recompusieron, incluso sin pagar deuda externa durante casi dos años, con récord de saldo de balanza comercial y con liquidaciones extraordinarias de saldos exportables.

No obstante, las arcas públicas no sufren por los vencimientos porque se obliga al Banco Central a orientar todos los pesos de la economía al Tesoro, mientras se sostiene el acuerdo con el FMI a sólo 10 meses de su firma, aunque los privados continúan sin ningún tipo de crédito a la vista.

 

Creer o reventar

La economía real se enfría desde mayo/junio de 2022, en ese momento el gobierno reconoció que el tipo de cambio estaba atrasado estructuralmente.

Por ello y para no ajustar nominalmente el dólar, puso el cepo a las importaciones que comenzó a golpear de forma rotativa a los sectores económicos, semana a semana o mes a mes.

Así comenzó a girar la ruleta de la desgracia económica, para ir dañando de manera selectiva a distintos sectores económicos y todo indica que su aceleración producirá un daño consolidado mayor.

Este año 2023 la política económica será subsidiaria del proceso electoral.

Los sectores de ingresos fijos -asalariados, jubilados, planes sociales, monotributos bajos- tendrán una garantía de salvavidas económico mensual porque la política necesita penetrar su adhesión al voto.

Los privados -empresas, bancos, fondos, cooperativas-, los corporativos -gremios, cámaras, mutuales- y los sectores económicos del propio Estado -cajas con autonomía diversas, empresas públicas-, serán quienes tensen la cuerda tratando de sufrir el menor daño posible en un contexto de muy alta inflación donde rezagarse o adelantarse un mes puede hacer la diferencia económica de todo el año. 

Nos debemos preparar para observar políticas y hechos económicos inverosímiles e insólitos, que continuarán estirando la capacidad de nuestra moneda más allá de los límites permitidos.

Para explicarlos podremos recurrir a hacerlo a partir de la fe, o de la casualidad o, sino simplemente, deberemos reventar.