lunes, 6 de septiembre de 2021

DEUDA EN PESOS EN LA COYUNTURA ECONÓMICA

 

LA DEUDA, UN TAXI QUE FUNCIONA CON PESOS

Diego Dequino – 01/09/2021

(especial para La Voz del Interior. https://www.lavoz.com.ar/negocios/la-deuda-un-taxi-que-funciona-con-pesos/) 

Ponerse al corriente de la situación financiera y presupuestaria de la Argentina puede ser en estos tiempos una tarea ardua. Inflación del orden del 50% anual, volatilidad del tipo de cambio para acceder a divisas, déficit fiscal extraordinario de los últimos 18 meses y caída de la economía durante 2020 en valores inéditos para momentos de paz social y civil, implican desafíos difíciles de sortear incluso para los analistas más avezados.

Las dudas sobre la capacidad y la calidad del crecimiento económico del país, luego del retorno progresivo a la normalidad post cuarentena COVID19, agregan opacidad al cuadro de situación en el cual nos encontramos como sociedad.

La situación financiera del país en este 2021 exterioriza una difícil convergencia hacia un resultado fiscal más controlado y predecible. En sintonía con esa situación, la gestión de la deuda pública se configura más compleja e incierta, en particular nos referimos a las rutinas financieras a las cuales el Tesoro Nacional y el Banco Central someten semanalmente al mercado financiero en general y al sistema bancario en particular.

La deuda del país hoy tiene tres dimensiones diferenciadas producto del enfoque monetario y el cepo cambiario adoptado por las autoridades.

DEUDA EN DÓLARES

La deuda de mercado nominada en moneda extranjera, nuestro tradicional talón de Aquiles se encuentra renegociada y canjeada en septiembre de 2020, lo cual despejó las cargas financieras importantes hasta el 2024. El gobierno al pagar el primer cupón de los títulos el 9 de julio 2021, mostró voluntad de respetar este canje y honrar esa curva financiera.

El crédito con el FMI, principal asunto pendiente en materia de deuda con el exterior, al continuar nuestro país sin un acuerdo vigente, la carga de pagos en los próximos 3 años con dicho organismo será imposible de afrontar solamente con los recursos del comercio exterior. Dicho de otra manera, no se puede pagar sino volviendo antes al mercado de capitales global, lo cual habría que descartarlo en el corto plazo por la falta de voluntad del gobierno y el elevado riesgo país. Descartado ello, mal nos pese o por más que no se desee, la Argentina debido a la situación fáctica terminará por firmar un nuevo acuerdo con el organismo que le permita encontrar una salida financiera viable a la devolución de dicho empréstito.

Con ello diremos una afirmación curiosa, la deuda en dólares de la Argentina no es en la actualidad un problema y debería seguir así esta situación al menos por dos años más. En materia de divisas el problema de la Argentina hoy es ante todo de índole cambiaria y comercial, los excedentes del comercio exterior no son suficientes para abastecer, o al menos calmar, al mercado financiero local.

DEUDA EN PESOS

La deuda del Tesoro Nacional en Letras y Bonos en pesos a tasas fija, variable y ajustados por CER, medida a junio 2021 alcanzó 6.1 Billones de pesos. El 45% de esa deuda, 2.7 Billones de pesos tienen una duration inferior a 1, técnicamente es deuda de cortísimo plazo que obliga al Tesoro Nacional a realizar emisiones recurrentes todos los meses para cancelar deuda que vence y tomar nueva, o directamente realizar canjes voluntarios de mercado.

La dinámica de esa deuda durante el segundo trimestre del año 2021 destaca su crecimiento por casi 1 Billón de pesos, es decir un aumento del 15% en tres meses, con una composición de plazos en ese crecimiento muy ajustado: 0.2 Billones de pesos con duration menor a 1; 0.6 Billones de pesos con duration entre 1 y 3; y 0.2 Billones de pesos con duration superior a 3.

Considerando el tipo de cambio oficial, la dinámica en la cual está inmerso el Tesoro en materia financiera implica un engranaje de fino rodamiento que debe hacer girar mensualmente sin fisuras un pasivo, con recurrente vencimiento dentro del año vista, por 27 mil millones de dólares más intereses. Este pasivo que representa 6% del PBI es al menos el doble del recomendado.

PASIVOS DEL BANCO CENTRAL

Los pasivos remunerados del Banco Central, Leliq y Pases, alcanzan los 4 Billones de pesos. Estos instrumentos son préstamos a 1, 3 o 7 días que los Bancos realizan al Banco Central, recibiendo rentabilidad del orden del 35%-40% anual. Leliq y Pases es dinero que el Banco Central emitió, pero decide retenerlo dentro del sistema bancario para que no caiga en poder del público que podría aplicarlo a gastos, inversiones o compra de dólares.

El dato, Leliq y Pases crecieron de forma extraordinaria en marzo-abril 2021: casi 1 Billón de pesos. Ese salto implicó un cambio de escala para estos pasivos que acarrean pago de intereses por parte del Banco Central, y se igualaron ahora a M1 (Billetes y Monedas en poder de la gente más el dinero en cuenta corriente en los banco o dinero a la vista). Esta situación es la primera vez que ocurre desde al menos inicios de 2019. Podemos decir que la Argentina tiene hoy dos ofertas monetarias gemelas: una remunerada y la otra no remunerada.

EL TAXI DE LA DEUDA

La deuda total en pesos de muy corto plazo del Estado Nacional documentada, que captura patrimonio de los particulares tanto por vía del Tesoro como por vía del Banco Central, alcanza los 6.7 Billones de pesos más intereses. Al tipo de cambio oficial ello representa 67 mil millones de dólares, casi 1.5 veces las reservas brutas del Banco Central. Esta deuda de muy corto plazo tiene una tasa o rendimiento que adicionará 2.7 billones de pesos en los próximos doce meses.

Frenar este taxi que funciona con pesos y cuyo reloj de cobro no se detiene, representa la principal coyuntura financiera del país. Para hacerlo Argentina podrá frenar de golpe como otras veces, pero las consecuencias sociales, económicas y políticas son impredecibles por la enorme asimetría entre ganadores y perdedores en dicho proceso. Lograr reducir su ritmo, frenarlo paulatinamente, hasta controlarlo necesitará un período donde se deberán conseguir los pesos necesarios que eviten su parada brusca.

Los pesos no deben ser papel impreso, los pesos deben ser una transferencia de confianza desde los particulares hacia el Estado y sus autoridades, al menor costo posible. Como ocurre en casi todos los países en el siglo XXI.

Para que esa transferencia de confianza ocurra la Argentina necesita un acuerdo político en materia económica y social de amplio alcance, pero de contenido específico y reducido. Los particulares para confiar necesitan que un conjunto significativo de dirigentes políticos, empresarios, gremiales y sociales acuerden condiciones básicas que permitan despejar las incógnitas a las cuáles estamos sometidos de forma cotidiana. Sino el taxi de la deuda seguirá girando hasta que se acaben los pesos.