lunes, 22 de noviembre de 2021

INFLACIÓN Y MONEDA

 

EL PRIMER ACUERDO, LA MONEDA

Diego Dequino – 17/11/2021

(especial para La Voz del Interior. https://www.lavoz.com.ar/negocios/el-primer-acuerdo-la-moneda-nacional/)

 

Con la visión de algunos y el esfuerzo de muchos, la Argentina tiene la oportunidad de lograr el primer acuerdo de largo plazo sobre la gestión de la moneda desde 1935.

El resultado electoral reciente, impuso la necesidad al sistema político de lograr acuerdos que excedan gobiernos y gestiones como acto eficaz de madurez colectiva.

Un consenso instrumental entre dirigentes y ciudadanos para salir de una década de estancamiento económico e inflación alejaría relatos novelados, fórmulas de alquimistas y manuales incomprensibles de la tecnocracia.

El verdadero desafío será acordar la hoja de ruta, los pasos necesarios para alcanzar los objetivos, evitando así frustraciones y malentendidos. Fijar solamente objetivos es puro voluntarismo.

El casillero destacado de la hoja de ruta será acordar una solución que nos devuelva la posibilidad de ahorrar, invertir y planificar el futuro con base en nuestro acuerdo ciudadano: el dinero de nuestro país.

La física del dinero

La moneda debe servirnos para “hacer las cuentas”, “pagar los gastos” y “ahorrar”.

El peso pierde contra el dólar en la primera y la tercera de esas funciones; en la segunda función el peso se impone al dólar fundamentalmente por cuestiones de legalidad.

Para salvar nuestra moneda en sus funciones existen al menos tres aspectos que deberán incluirse en ese acuerdo, poniendo énfasis en el modo y no en la promesa del resultado.

Hacer las cuentas sin trampas

Los particulares serán más apegados a la moneda de su país cuanto mejor administrado sea el Estado y cuanto mayor transparencia tengan las autoridades en la administración de la cosa pública.

El Presupuesto Nacional reúne aproximadamente un cuarto del Producto Nacional, sin embargo, su redacción compleja y extensa contiene cuentas que deberían cerrar en cálculos sencillos, aunque a veces parece que así no fuera.

Comparando Presupuestos año 2022 y 2021, al momento de su respectiva presentación al Congreso, expresan: a) aumento de los gastos totales por 58%; b) aumento nominal del déficit total por 39%; c) inflación prevista para 2022 del 33%; d) Aumento del programa de deuda en Letras en 57%; e) reducción nominal del 8% por asistencia del Banco Central al Tesoro.

Se proyecta que la asistencia del Banco Central se reducirá en términos nominales, mientras la inflación será 33% y los gastos crecerán 25% arriba de la inflación.

El lector debe saber que hay tecnicismos de ocasión que permiten explicar esos números, pero todos comprendemos que ello no sirve para construir un consenso instrumental entre dirigentes y ciudadanía cuando pocos lo entienden.

También señalemos que resulta cada vez más complejo realizar cálculos y comparaciones por la cantidad creciente de dígitos y ceros inflacionarios.

Sirva de ejemplo un gasto total previsto de $13.336.520.431.311, ya sin decimales porque desaparecieron debido a su insignificancia.

Para evitar cálculos confusos y de dificultosa interpretación será necesario acordar la creación de una unidad de cuenta presupuestaria, a menos que se quiera presentar el presupuesto en dólares en el futuro próximo.

¿Cuánto vale la inflación reprimida?

Los ciudadanos conocemos que cuando aumenta el precio de la leche, del arroz, de la carne, de la ropa –precios núcleo-; pero no aumenta el precio del gas, la nafta y del transporte –precios regulados-, algo extraño ocurre.

¿Cuánto tiempo dura esa situación? Sabemos que no demasiado, mientras cada día que pasa se trata de no pensar cuándo ocurrirá y por cuánto será el ajuste.

La inflación reprimida en nuestro país es una evidencia perceptiva y también objetiva. Treinta y cuatro meses que los precios núcleo superan al conjunto general de los precios, como media anual.

La suma algebraica de las diferencias mensuales entre ambos grupos arroja +6%, que es una medida de la inflación reprimida, aunque la corrección en los precios regulados alcanzará 20% o 30% por razones estadísticas.

¿Cuánto valen esos 6 puntos de inflación reprimida? El presupuesto le pone precio, estima $1,3 billones en subsidios de tarifas para 2022. Trece mil millones de dólares al cambio oficial, es decir el presupuesto de Córdoba y Santa Fe juntas; o el 35% de las reservas monetarias del país.

Para sincerar los precios de la economía y contener la inflación, será necesario acordar un esquema global con techos y compensaciones de subsidios sobre tarifas, a menos que se desee que los mismos sean judicializados en el futuro próximo por las provincias menos beneficiadas.

Las dos ofertas monetarias

Mucho se puede decir de la relación entre cantidad de dinero, inflación y credibilidad sobre la moneda, pero escudriñar razones y argumentos es tarea para otro texto.

Nos concentremos en evidencia simple de comprender y que afecta la percepción que tenemos los ciudadanos respecto de nuestra moneda.

Los Bancos Centrales ganan dinero cuando emiten moneda por la sencilla razón que al emitirla entregan cheques al portador que no deben honrar en ventanilla.

Sí deben honrarlos de forma fingida al lograr que los tenedores de esos billetes acepten tenerlos en bolsillo, depositarlos y circularlos sin reclamar su cancelación. Eso es confianza en el Banco Central como emisor.

En nuestro país, la situación es diferente. Por cada peso puesto en la calle sin costo, nuestro Banco Central emite otro peso que pide al receptor que lo dejé dentro del Banco y no lo tenga en su bolsillo, para lo cual le paga 40% de interés.

Desde abril 2021 existen dos ofertas de dinero por $4,3 billones cada una. Una oferta normal, no remunerada, para tener en el bolsillo y para pagar. Otra llamada Leliq, que crece como bola de nieve, que no se puede usar para casi nada en la economía real y solo sirve para especulación financiera.

Para devolver la confianza plena al Banco Central será necesario un acuerdo sobre su esquema de gestión institucional incluyendo mejoras profesionales, independencia de decisión e inclusión de representantes de las entidades financieras en el buró.

Una ley pacto que honre nuestra base federal como república podría ser el camino a partir de diciembre para desterrar el riesgo que los ciudadanos le quiten definitivamente al Estado su capacidad para crear moneda.

 

 

 

lunes, 6 de septiembre de 2021

DEUDA EN PESOS EN LA COYUNTURA ECONÓMICA

 

LA DEUDA, UN TAXI QUE FUNCIONA CON PESOS

Diego Dequino – 01/09/2021

(especial para La Voz del Interior. https://www.lavoz.com.ar/negocios/la-deuda-un-taxi-que-funciona-con-pesos/) 

Ponerse al corriente de la situación financiera y presupuestaria de la Argentina puede ser en estos tiempos una tarea ardua. Inflación del orden del 50% anual, volatilidad del tipo de cambio para acceder a divisas, déficit fiscal extraordinario de los últimos 18 meses y caída de la economía durante 2020 en valores inéditos para momentos de paz social y civil, implican desafíos difíciles de sortear incluso para los analistas más avezados.

Las dudas sobre la capacidad y la calidad del crecimiento económico del país, luego del retorno progresivo a la normalidad post cuarentena COVID19, agregan opacidad al cuadro de situación en el cual nos encontramos como sociedad.

La situación financiera del país en este 2021 exterioriza una difícil convergencia hacia un resultado fiscal más controlado y predecible. En sintonía con esa situación, la gestión de la deuda pública se configura más compleja e incierta, en particular nos referimos a las rutinas financieras a las cuales el Tesoro Nacional y el Banco Central someten semanalmente al mercado financiero en general y al sistema bancario en particular.

La deuda del país hoy tiene tres dimensiones diferenciadas producto del enfoque monetario y el cepo cambiario adoptado por las autoridades.

DEUDA EN DÓLARES

La deuda de mercado nominada en moneda extranjera, nuestro tradicional talón de Aquiles se encuentra renegociada y canjeada en septiembre de 2020, lo cual despejó las cargas financieras importantes hasta el 2024. El gobierno al pagar el primer cupón de los títulos el 9 de julio 2021, mostró voluntad de respetar este canje y honrar esa curva financiera.

El crédito con el FMI, principal asunto pendiente en materia de deuda con el exterior, al continuar nuestro país sin un acuerdo vigente, la carga de pagos en los próximos 3 años con dicho organismo será imposible de afrontar solamente con los recursos del comercio exterior. Dicho de otra manera, no se puede pagar sino volviendo antes al mercado de capitales global, lo cual habría que descartarlo en el corto plazo por la falta de voluntad del gobierno y el elevado riesgo país. Descartado ello, mal nos pese o por más que no se desee, la Argentina debido a la situación fáctica terminará por firmar un nuevo acuerdo con el organismo que le permita encontrar una salida financiera viable a la devolución de dicho empréstito.

Con ello diremos una afirmación curiosa, la deuda en dólares de la Argentina no es en la actualidad un problema y debería seguir así esta situación al menos por dos años más. En materia de divisas el problema de la Argentina hoy es ante todo de índole cambiaria y comercial, los excedentes del comercio exterior no son suficientes para abastecer, o al menos calmar, al mercado financiero local.

DEUDA EN PESOS

La deuda del Tesoro Nacional en Letras y Bonos en pesos a tasas fija, variable y ajustados por CER, medida a junio 2021 alcanzó 6.1 Billones de pesos. El 45% de esa deuda, 2.7 Billones de pesos tienen una duration inferior a 1, técnicamente es deuda de cortísimo plazo que obliga al Tesoro Nacional a realizar emisiones recurrentes todos los meses para cancelar deuda que vence y tomar nueva, o directamente realizar canjes voluntarios de mercado.

La dinámica de esa deuda durante el segundo trimestre del año 2021 destaca su crecimiento por casi 1 Billón de pesos, es decir un aumento del 15% en tres meses, con una composición de plazos en ese crecimiento muy ajustado: 0.2 Billones de pesos con duration menor a 1; 0.6 Billones de pesos con duration entre 1 y 3; y 0.2 Billones de pesos con duration superior a 3.

Considerando el tipo de cambio oficial, la dinámica en la cual está inmerso el Tesoro en materia financiera implica un engranaje de fino rodamiento que debe hacer girar mensualmente sin fisuras un pasivo, con recurrente vencimiento dentro del año vista, por 27 mil millones de dólares más intereses. Este pasivo que representa 6% del PBI es al menos el doble del recomendado.

PASIVOS DEL BANCO CENTRAL

Los pasivos remunerados del Banco Central, Leliq y Pases, alcanzan los 4 Billones de pesos. Estos instrumentos son préstamos a 1, 3 o 7 días que los Bancos realizan al Banco Central, recibiendo rentabilidad del orden del 35%-40% anual. Leliq y Pases es dinero que el Banco Central emitió, pero decide retenerlo dentro del sistema bancario para que no caiga en poder del público que podría aplicarlo a gastos, inversiones o compra de dólares.

El dato, Leliq y Pases crecieron de forma extraordinaria en marzo-abril 2021: casi 1 Billón de pesos. Ese salto implicó un cambio de escala para estos pasivos que acarrean pago de intereses por parte del Banco Central, y se igualaron ahora a M1 (Billetes y Monedas en poder de la gente más el dinero en cuenta corriente en los banco o dinero a la vista). Esta situación es la primera vez que ocurre desde al menos inicios de 2019. Podemos decir que la Argentina tiene hoy dos ofertas monetarias gemelas: una remunerada y la otra no remunerada.

EL TAXI DE LA DEUDA

La deuda total en pesos de muy corto plazo del Estado Nacional documentada, que captura patrimonio de los particulares tanto por vía del Tesoro como por vía del Banco Central, alcanza los 6.7 Billones de pesos más intereses. Al tipo de cambio oficial ello representa 67 mil millones de dólares, casi 1.5 veces las reservas brutas del Banco Central. Esta deuda de muy corto plazo tiene una tasa o rendimiento que adicionará 2.7 billones de pesos en los próximos doce meses.

Frenar este taxi que funciona con pesos y cuyo reloj de cobro no se detiene, representa la principal coyuntura financiera del país. Para hacerlo Argentina podrá frenar de golpe como otras veces, pero las consecuencias sociales, económicas y políticas son impredecibles por la enorme asimetría entre ganadores y perdedores en dicho proceso. Lograr reducir su ritmo, frenarlo paulatinamente, hasta controlarlo necesitará un período donde se deberán conseguir los pesos necesarios que eviten su parada brusca.

Los pesos no deben ser papel impreso, los pesos deben ser una transferencia de confianza desde los particulares hacia el Estado y sus autoridades, al menor costo posible. Como ocurre en casi todos los países en el siglo XXI.

Para que esa transferencia de confianza ocurra la Argentina necesita un acuerdo político en materia económica y social de amplio alcance, pero de contenido específico y reducido. Los particulares para confiar necesitan que un conjunto significativo de dirigentes políticos, empresarios, gremiales y sociales acuerden condiciones básicas que permitan despejar las incógnitas a las cuáles estamos sometidos de forma cotidiana. Sino el taxi de la deuda seguirá girando hasta que se acaben los pesos.

 

jueves, 15 de julio de 2021

INFLACIÓN REPRIMIDA - PROBLEMAS MAYORES


La inflación reprimida complica el futuro económico de la Argentina

Índice de Precios al Consumidor junio 2021

Diego Dequino, 15/07/2021

 

La evidencia de inflación reprimida es insoslayable: 30 meses consecutivos que los precios de los bienes y servicios determinados en condiciones libres de regulaciones y de estacionalidad, alcanzaron un nivel de crecimiento interanual superior al correspondiente al nivel general de precios.

La Inflación Núcleo, es decir precios del conjunto de bienes y servicios que no se encuentran regulados por el Estado tales como los servicios públicos, y que tampoco están afectados por factores estacionales como frutas y verduras, alcanza niveles sostenidos de crecimiento superiores a la inflación general de los precios que mide la canasta de bienes del IPC.


Fuente: INDEC

Esta diferencia alienta anticipar cálculos efectivos sobre el alcance de la inflación reprimida, vinculada tanto al retraso en los precios de los servicios regulados, como a los probables precios reprimidos al momento de liquidaciones estacionales de stock.

Como manera práctica de estimar la inflación reprimida se puede acumular la suma de las diferencias algebraicas entre los crecimientos mensuales de la inflación núcleo y de la inflación nivel general, desde enero 2019 a junio 2021. Esa serie mensual arroja 5,5% de diferencia acumulada en los 30 meses transcurridos.

La convergencia hacia niveles de inflación razonables para un país que desee crecer en términos reales implicará entonces para la política pública y la economía un desafío adicional, toda vez que la inercia creciente en la inflación del nivel general de precios desde fines del año 2020, deberá también ser sometida y soportar correcciones en los precios relativos de los bienes y servicios que no lograron ajustar de forma eficaz sus curvas de costos e ingresos para tener una actividad económica rentable y sostenible.

El 5,5% de inflación reprimida en el nivel general de precios, considerado para el subconjunto específico de bienes y servicios que tienen desde hace 30 meses refrenado su ajuste de precios relativos representará para ellos correcciones superiores, quizá del orden de 3 (15%) a 5 (25%) veces las halladas como diferencia entre el IPC general y la inflación núcleo que los representa. Los motivos al ser de orden estadístico no podrán ser compensados con Leyes, Decretos, ni estacionalidades positivas.

Esperemos entonces que la manera en la cual la economía encuentre un nuevo conjunto estable de precios relativos, no se realice sobre la base de ideas vinculadas a desagios o desindexaciones bruscas, que siempre resultaron en pérdidas económicas cruzadas y resultados negativos para el conjunto de la sociedad.

 





miércoles, 2 de junio de 2021

Los Bancos prestarán al Tesoro Nacional

Bancos podrán invertir hasta $750 MM de dinero de depósitos en Títulos Públicos

 

El 27 de mayo último el Banco Central de la República Argentina (BCRA) introdujo dos cambios significativos en materia de política monetaria. Las Comunicaciones “A” 7290 y 7291 disponen que los Bancos podrán dejar de invertir una parte importante de sus actuales tenencias en Letras de Liquidez (LELIQ) del BCRA con vencimiento a 28 días a tasas del 38% anual, para hacerlo en Títulos Públicos en pesos del Estado Nacional a plazos de 180 a 450 días, con tasas fijas con o sin indexación y con tasas variables, en valores a definirse en cada colocación.

El monto en juego representa 35% del total de las tenencias que los Bancos poseen en el LELIQ, unos $750 MM o USD 7,5 MM al cambio oficial. Si se suman también los PASES, con vencimiento a 1 día o 7 días, el monto objetivo representa aproximadamente el 20% del total de las tenencias de los Bancos en posiciones remuneradas del BCRA.

Los beneficios buscados

Los depósitos en los Bancos crecen en 2021 a un ritmo cercano al 40% interanual tratando de copiar la inflación proyectada, mientras que los préstamos crecen solamente al 5%. Esta diferencia, proyectada en el tiempo, genera una masa extraordinaria de pesos que por el momento no tienen destino ni aplicación en la economía real, retroalimentando un proceso de crecimiento continuo del propio excedente monetario.

El presupuesto nacional para este año 2021 prevé la colocación de $4 billones de deuda de largo plazo, de los cuáles $2,3 billones corresponden a vencimientos de amortizaciones de deuda -rolear- y $1,7 billones es colocación neta de deuda largo plazo.

La medida, abstrayéndonos del tecnicismo utilizado para impulsarla, intenta resolver dos problemas de fondo. Uno de orden monetario: la creación regular de dinero por parte del BCRA por encima de las capacidades de la economía para absorberlo. Otro de orden fiscal: la necesidad del Tesoro Nacional de acceder a financiamiento en cantidad y calidad que supera las capacidades de respuesta del mercado de capitales.

Desde el punto de monetario la medida permitirá derivar la casi totalidad de los excedentes de pesos creados y a crearse en 2021 por encima de la tasa de inflación proyectada (46%), hacia una gestión en gastos e inversión real a través del presupuesto público. Ello permitirá darles a esos pesos creados en exceso un destino diferente que no sea quedar atrapados en la trampa financiera, donde los pesos excedentes se autoexpanden por la propia inercia de tener retorno financiero a pesar de no estar colocados para apalancar consumo y producción en la economía real.

El intenso programa financiero que lleva adelante el Tesoro para cumplir con los parámetros fijados en el presupuesto 2021, comenzó a mostrar evidentes signos de agotamiento sobre el proceso de colocación de deuda en las últimas semanas. El agotamiento de la profundidad de un mercado de capitales demasiado chico para las necesidades del Tesoro puso barreras insalvables, que con estas medidas se sortearán otorgando un músculo extra de demanda al mercado.

Los riesgos asociados

Los riesgos iniciales de los Bancos serán subsanados por una línea de liquidez inmediata que habilita el BCRA para dichos fines, en particular en los casos que tengan necesidades de atender retiros o pagos que colisionen con la nueva posición de fondos inmovilizado en Títulos. Entonces, los Bancos intercambian liquidez inmediata en la posición de efectivo mínimo, por una curva de rendimiento financiero. Se cambia un deudor que es el emisor del papel moneda por otro deudor que es el Tesoro Nacional. Probablemente mejore algo la alicaída rentabilidad del sistema financiero, pero a costa de incorporar un mayor riesgo sistémico.

Esta medida con una impronta inicial contable despejará parcialmente la hoja de Balance del BCRA, haciéndola lucir más sólida. Pero colateralmente contaminará, al menos en el corto plazo, la hoja de Balance de los Bancos ya que propicia incorporar más riesgo soberano a su capital, toda vez que los títulos que se apliquen para la integración de esta regulación estarán excluidos de los límites previstos en las normas sobre “Financiamiento al sector público no financiero”.

Las provincias y los gobiernos locales son perjudicados indirectos de las medidas toda vez que sus posiciones de endeudamiento quedan excluidas, por el momento, de este bono contable que facilita el BCRA al Tesoro Nacional a través del sistema financiero.

El futuro depende de la economía

Las medidas dictadas constituyen crónicas ya anunciadas por los analistas, versión suave y voluntaria de una reprogramación de deuda de muy corto plazo del tesoro, hacia tramos cortos y medianos. El Tesoro podrá aspirar del mercado ahora $750 MM con vencimientos entre 180 y 450 días, lo cual le quita presión para las sucesivas salidas a mercado que viene ejecutando de forma muy ajustada en los últimos meses. Lo que comienza suave, entendemos que en el futuro -si es necesario- podrá hacerse más duro en la forma y el volumen. Recordemos que quedan fuera de este mecanismo el 65% de las LELIQ ($1,3 Billones) y todos los PASES ($1,6 Billones).

Las medidas también exponen el camino que pueden adoptar las autoridades si la economía real no comienza a absorber pronto los excedentes de liquidez y el ahorro en pesos que se acumula entre los agentes económicos. Es fundamental que los agentes comiencen a recuperar la confianza en el futuro económico, tomando riesgos para emprender y crecer como manera eficaz de sortear los límites explícitos de la economía argentina. El despliegue de un nuevo ciclo de crecimiento es la única manera de dejar atrás los baches financieros del Tesoro y los desbalances a los cuales está sometida la política monetaria.