jueves, 9 de enero de 2014

Economía y Política - Especulación





Especulación Económica y Especulación Política. Analogías.

Diego Dequino
Economista
09 de enero de 2014


I - Economía: Especulación y Burbujas

Existe una vieja regla no escrita del mundo de las finanzas, pero conocida por todos, que expresa una especie de paradoja física: “Para estar sólido, debo estar líquido.”. Ello, agregamos, se refiere al carácter económico en el caso de la solidez y al financiero en el caso de la liquidez.

Si nos propusiéramos realizar una simplificación de los términos en los cuales se desarrolla la teoría económica, y a riesgo de cometer un latrocinio conceptual, podríamos decir que la solidez se asocia con los valores económicos, mientras que la liquidez se vincula a los precios.

Los procesos de especulación económica, sean bursátiles, bienes raíces, o cualquier bien de que se trate, tienen como rasgo común una disociación progresiva y eventualmente explosiva entre el valor económico de un bien y el precio que se paga por el mismo. Cuando el precio de ciertos bienes comienzan a crecer por encima del valor económico de los mismos, si ello se apalanca en una espiral ascendente, puede provocar una burbuja económica. Es decir un globo que se eleva de forma imprecisa e indeterminada, inflado por su propio contenido sin considerar el entorno, cuyas paredes son sumamente débiles y que en algún momento estalla por el propio efecto de separarse indefinidamente del lugar que lo soporta.

Dichos procesos de especulación económica producen un efecto irracional sobre las personas, propio de las manadas mal conducidas, donde cada individuo considera que los precios de los bienes comprados y vendidos seguirán subiendo sin detenerse a mirar los valores económicos reales o los costos de reproducción de los propios bienes. Cada vez que los precios se alejan más de los valores de los bienes, los riesgos de construir una burbuja irreversible son mayores, ya que nadie que ingresa en ella comprando desea salirse vendiendo más barato, porque implica absorber una pérdida.

Este efecto de espiral es generalmente inducido por información distorsionada que circula entre personas deficientemente informadas, siendo aquellos mejor informados quienes las alimentan, con el solo fin de alentar una suba especulativa de los precios que les permita apropiarse en cada operación de compra o de venta de un mayor beneficio.

La fase final de las burbujas especulativas más dañinas para la economía suelen tener como rasgo distintivo la aceleración de los procesos de compra y venta, es decir el pánico es precedido por la angustia.

Todos los países capitalistas han tenido procesos especulativos descontrolados y burbujas asociadas a los mismos. Todos culminaron con el rompimiento de la burbuja, la aparición masiva de pérdidas al caer bruscamente los precios para aproximarse a sus valores, cayendo siempre en la primera fase por debajo de los mismos, para luego progresiva y lentamente recomponerse hasta aproximarse a los valores.

En los momentos de ruptura de las burbujas especulativas, es cuando la solidez económica de las empresas, los bancos o el propio Estado es sometida a duda severa de confianza. En tal momento, el correspondiente al estallido, quienes se encuentren en una mejor posición de liquidez para atender la corrección de precios tendrán mayores chances de sobrevivir para desempeñarse en el nuevo ciclo económico.

I.a - Una Burbuja Especulativa y Una anécdota exitosa

Una anécdota extraída del libro “El Dinero” de J.K. Galbraith, ayuda a comprender cómo la liquidez puede ser factor determinante para sobrevivir al estallido de una burbuja financiera, estando la solidez económica sometida a una crisis de confianza.

Sobre la crisis de 1929 J.K. Galbraith anotó: “Al circular el rumor de que un Banco estaba en apuros la gente corría, como siempre en busca de su dinero. Y entonces el Banco más sólido se hallaba en dificultades. Y al formarse colas delante de un Banco, la inquietud se extendía a sus vecinos.”

En tales circunstancias transcurre este relato de primera mano de Marriner Eccles, jefe de un grupo de Bancos de alta reputación en Utah al momento de la crisis de 1929.

<Dije …(al personal del Banco) “Si quieren que el Banco siga abierto deben representar su papel. Sigan con su trabajo como si nada. Sonrían, muéstrense amables, hablen del tiempo, no den muestras de pánico….Hoy no podemos parar la carrera. Lo máximo que podemos hacer es retrasarla. La gente acudirá…Ustedes pagarán. Pero lo harán muy despacio. Es la única posibilidad de vencer el pánico…comprueben toda la documentación y tómense tiempo para hacerlo…al pagar, no lo hagan con billetes grandes. Háganlo con billetes chicos y cuéntenlos despacio. Nuestro objetivo es pagar lo menos posible”…

…La muchedumbre (de clientes) estaba tan nerviosa como apretada dentro del Banco. Algunos llevaban horas esperando…Si cerrábamos al horario habitual nadie podía saber lo que pasaría…Decidimos audazmente no cerrar aquel día…

Mientras tanto habíamos llamado al Banco de Reserva Federal de …, pidiendo que enviasen dinero a nuestros Bancos… El coche blindado llegó …y los guardias entraron [con las sacas de dinero] en el atestado Banco y todos les abrieron paso…

…Yo me subí al mostrador, levanté la mano y pedí que me presten atención.
-         ¡Un momento!
Inmediatamente se hizo el silencio.
-         ¡Un momento! – repetí -. Quiero hacer una declaración. …nos resulta difícil atender a todos con la rapidez acostumbrada. Muchos de ustedes llevan mucho tiempo en la cola. Advierto empujones y apreturas… por ello, en vez de cerrar a las tres, he resuelto que el Banco permanezca abierto mientras hay alguien que desee retirar su depósito o efectuar alguno…los que acaban de entrar pueden volver esta tarde o esta noche... No hay motivo para el nerviosismo o pánico…Como todos han visto, acabamos de recibir de la Reserva Federal de … una gran cantidad de dinero para atenderlos. Y hay mucho más en el sitio de donde procede éste. (Esto era bastante cierto, pero no dije si podría conseguirlo).>

J.K. Galbraith cierra “El Banco de Marriner Eccles se salvó del crack de 1929, lo mismo que el propio Eccles, con mucha distinción por cierto”.


II - Política: Especulación y Burbujas

En materia del funcionamiento del sistema político, podemos considerar factible encontrar un conjunto de analogías con los procesos de especulación económica distorsivos que se convierten en burbujas especulativas sin sustento en la realidad material y tangible.

En términos del funcionamiento político hoy predominante en el mundo occidental, donde la conducción de lo poderes legislativos y ejecutivos del Estado se obtienen mediante el sistema electoral, podríamos plantear la primer analogía: “Si la solidez política de un partido o grupo político en el poder son los votos, entonces la liquidez del gobierno son sus propias acciones que implementa al detentar la conducción del Estado.”.

La solidez entendida como fundamento de soporte real del poder queda asimilada al apoyo que los ciudadanos en su condición de electores proveen o transmiten a las organizaciones políticas cuando votan sus propuestas, sus programas de gobierno y los individuos encargados de ejecutarlas. La liquidez, es decir la capacidad de responder cotidianamente a las exigencias que impone el funcionamiento de la sociedad y del propio Estado, está representado por las acciones de gobierno que transcurren entre cada proceso electoral.

La segunda analogía que proponemos, está relacionada por la relación entre los valores y los precios. Si como afirmamos, los valores se asocian a la solidez, mientras que los precios se asocian a la liquidez; podemos decir que: “Cuando las acciones del partido de gobierno se alejan progresivamente de sus reales capacidades entendemos que estamos ante un proceso de especulación de carácter político. La propuesta y ejecución de la política pública, al alejarse del programa de gobierno que el electorado “optó” con su voto al momento de los comicios, produce una separación entre acción pública y preferencia electoral”. Es decir es equivalente a la separación entre precios y valores.

La tercera analogía se vincula a la formación de las burbujas especulativas, es decir procesos irracionales de alejamiento progresivo de los precios respecto de los valores. En tales términos podríamos afirmar que: “Si el proceso de acciones de política pública no tiene ningún viso de reversión para converger en el programa de gobierno votado por los ciudadanos, es decir si en vez de converger se aleja progresivamente, es factible que se convierta en una burbuja política especulativa.”.

Recordemos que en la burbuja nadie que ingresó en ella como comprador desea salirse vendiendo más barato, porque implica absorber una pérdida. En términos de la analogía planteada sincerar la acción pública en función de los valores reales del programa de gobierno, significa que quienes participan de la burbuja, es decir los funcionarios del gobierno, los grupos de poder y/o los sectores corporativos vinculados, deben asumir una pérdida, toda vez que lo prometido a los ciudadanos en el programa de gobierno no se podrá concretar, al menos de forma plena y esperada.

Cuando las burbujas estallan se debe aceptar, guste o no, que se pagó por un bien un precio muy superior a su verdadero valor y en tal caso quien pierde en primera instancia es el poseedor del bien. En el caso de una burbuja política especulativa podríamos proyectar que cuando estalle, guste o no, se deberá aceptar que se ofreció (vendió) a los ciudadanos un programa de gobierno por un precio muy superior a su verdadero valor. En tal circunstancia quien sea el “poseedor” del programa de gobierno, es decir el grupo político que se encuentre a cargo de la conducción del Estado, deberá pagar las consecuencias electorales del fin abrupto del proceso especulativo.

II.a - Una Burbuja Especulativa y ¿Una probable anécdota exitosa?

Sin considerar las distancias históricas, conceptuales y reales entre la anécdota citada respecto del crack de 1929 y la coyuntura política actual de la Argentina y de la Provincia de Córdoba, podemos encontrar tal vez algunas señales sigilosas de quienes podrán eventualmente afrontar con éxito un eventual desplome de las expectativas políticas de la ciudadanía respecto de los grupos políticos que detentan la conducción del Estado y para lo cual fueron elegidos con el voto “optativo” de confianza que la ciudadanía les proveyó en octubre de 2011.

En primer término, debemos advertir que los rumores de Estados Provinciales y el Estado Nacional en apuros ya circulan desde hace al menos un trimestre. Con lo cual, hasta el Estado más sólido se podrá encontrar en dificultades. Y si las colas de ciudadanos se empiezan a formar delante de los gobiernos, como ya ocurrió con la crisis de fines noviembre de 2013, la inquietud se extenderá al resto de los vecinos.

En tales circunstancias, la historia dirá si veremos la existencia de muchos casos como el del citado Marriner Eccles o si predominarán casos equivalentes a los casi 4.000 Bancos que quebraron en Estados Unidos de Norteamérica entre 1929 y 1931.

La anécdota reseñada por J.K. Galbraith pone de manifiesto que al momento de estar sometida la solidez a una crisis de confianza amplia y extendida, el camino de la ruptura aparece como irreversible. Lo único posible es salvarse de forma individual o grupal, adoptando una estrategia de retrasar lo máximo posible el daño individual a costa de mirar como el daño general cunde y se extiende.

En el caso de la crisis de confianza política actual a la cual están sometidos el Estado Nacional y gran parte de los Estado Provinciales, enancado en un proceso de especulación política desatado donde las acciones de los gobierno se alejan progresivamente de los programas de gobierno que votó la ciudadanía, es posible señalar que los Gobiernos Provinciales y/o el Gobierno Nacional que dispongan estrategias que logren refrenar el tiempo suficiente como para no caer junto con el conjunto, tendrán mayores chances de sobrevivir al final irreversible del proceso de la burbuja política especulativa desatada. Así, quien quede al final podrá exponerse como un modelo político de sobrevivencia exitosa ligado a un previsible nuevo proceso de selección de favores electorales, es decir un ejemplo darwinista en el campo político.

Siguiendo la anécdota de Marriner Eccles, quienes aspiren a sobrevivir al final de la burbuja, deberán contar con dos herramientas claves: aceptación de los reclamos; y liquidez para atenderlos, de forma lenta pero efectiva.

Los políticos, al igual que los banqueros en las corridas, se deben parar arriba del mostrador y ordenar la fila para los reclamos, nunca negarlos. Los políticos, al igual que los banqueros en la corridas, deben tener alguna Reserva Extra que les permita disponer de la liquidez inmediata y de la promesa creíble de que serán capaces de atender los reclamos en plazos razonables ligado a esa Reserva Extra.



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