“La visión de algunos y el esfuerzo de
muchos”
(Angela Merkel, Discurso de Fin de Año 2013 a la Nación Alemana)
Diego Dequino
Economista
02 de Enero de 2014
Europa
con el año 2013 que pasó, cumplió 68 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y en este
año 2014 cumplirá 100 años del inicio del mayor ciclo bélico de la historia
contemporánea y 25 años desde la
Caída del Muro de Berlín.
Europa
fue el campo de batalla durante la mitad del siglo XX donde alrededor del 5% de
sus ciudadanos encontraron la muerte temprana en cada una de las guerras
mundiales. Con un porcentaje indeterminado de personas que sufrieron consecuencias
directas sobre su salud física o psicológicas.
La
destrucción de bienes durante esos períodos alcanzaría cifras que asustarían hoy
a cualquier sociedad, pensando ello en término de los costos que implicaría
reponer el capital económico y humano destruido en tan cortos períodos. Por
caso, para cobrar dimensión de ello, se estima que solamente Alemania perdió en
la Segunda Guerra
1/5 de sus viviendas. Esta destrucción material y de capital social, implicó
poner en crisis la propia sustentabilidad económica de los países integrantes
de Europa en los años inmediatos al fin de cada Guerra.
La
situación de Alemania puede ser especialmente referida en la medida que fue
factor de provocación decisivo en la puesta en marcha de ambas guerras. Luego
del final de la Segunda Guerra
Mundial su territorio y su sociedad sufrió consecuencias directas cuando el
país fue dividido en dos Estados separados, con dos sistemas políticos. Ese
período se perfeccionó en cuanto a fractura con la construcción del Muro de
Berlín.
En
materia económica, al margen de los diseños de un sistema enancado en los
principios del capitalismo occidental y otro en función de un sistema
colectivista con el sello del régimen soviético, es posible advertir que
mientras Alemania Federal apostaba en principio junto con Francia por un modelo
de integración económica, consensuado y complementario en cuanto a producción y
consumo, que maduró como la
Unión Europea actual. La Alemania del Este apostaba a un modelo de
alineamiento y sometimiento económico en el marco de una división del trabajo
sostenida sobre un régimen de organización colectivo como engranaje del sistema
Soviético.
La
historia ha dado cuenta de quienes hicieron la apuesta correcta y quienes no.
La caída del Muro de Berlín, y la posterior disolución de la Unión Soviética como régimen de
organización social y económica no deja dudas de quienes acertaron en la visión
respecto del futuro.
Pero
lo cierto es que la apuesta de paz y progreso que impulsaron Alemania
Occidental y Francia luego del fin de la segunda guerra mundial tuvieron como
rasgo común complementarse en materia económica y social, sobre la base de
sostener una progresiva independencia económica y mayor soberanía política.
Exactamente el sentido opuesto al propuesto e impuesto por el bloque soviético
a la disuelta Alemania del Este.
Esta
decisión, tal como lo señaló la Canciller
Alemana Angela Merkel en su mensaje de fin de año, se hizo
con “la visión de algunos y el esfuerzo de muchos”.
Esta
regla de construcción aplicada para la Argentina actual debería ser analizada y aplicada
a nuestro contexto de coyuntura, para que las circunstancias actuales puedan transformarse
en oportunidad para un nuevo direccionamiento estratégico que el país reclama
en materia de organización económica y social.
El
“esfuerzo de muchos” es una condición que nuestro país posee, solamente hay que
percibirla y afirmarla. Ese “esfuerzo de muchos” está vivo, cotidianamente
vigente cuando nuestros ciudadanos, cada persona que habita este país sufre las
consecuencias de la inflación, de la inseguridad, de la incertidumbre en cuanto
a su futuro. Cuando cada trabajador que intenta llegar a fin de mes y educar a
sus hijos con ingresos exiguos, o cada empresario intenta sobrevivir a los
avatares de la política económica pública, pero sin embargo vuelven a
levantarse para volver a empezar al día siguiente.
En
cuanto a “la visión de algunos”, es quizá la materia pendiente más importante luego
de 30 años de democracia ininterrumpida. Esa necesaria visión que debe ofrecer
la política en cuanto a futuro colectivo para la Sociedad se presenta como
el mayor desafío para un sistema político fragmentado y con severas fisuras en
su legitimidad.
La
visión no puede ser impuesta por la política, pero si debe ser propuesta. Y esa
es la propuesta que los argentinos esperamos cada vez con mayor ansiedad. La
visión de futuro que nos proponga el sistema político deberá arrojar, ni más ni
menos, la única certeza indispensable que necesitamos para desplegarnos
plenamente como individuos sociales que somos: el destino que se dará a nuestro
“esfuerzo de muchos” realizado cotidiana y denodadamente para sostener nuestra Nación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Si Ud. desea acceder a la fuente de información puede enviarnos un correo solicitando los archivos.