viernes, 27 de diciembre de 2013

DIGNIDAD Y POLITICA



DIGNIDAD Y POLITICA



Diego Dequino
Economista
Lunes 9 de diciembre de 2013

Los valores en economía no son producto de una versión banal del materialismo basados en un simple cálculo nominal de los precios de bienes y servicios. Los valores económicos se fundan en la confianza que los ciudadanos depositamos mutuamente en la Sociedad y las Instituciones que creamos para sostener nuestra organización y convivencia.

Desde la existencia de Sociedades productoras de bienes ha existido un intercambio simbólico entre valores intangibles y materiales, especialmente entre lo que hoy entendemos como valores éticos y los valores económicos. Este intercambio simbólico entre valores éticos que concilian y compactan a la Sociedad, respecto de los valores materiales que son fruto del trabajo colectivo de la misma Sociedad, es solamente factible mediante convenciones con carácter estrictamente provisional en el tiempo.

Ese intercambio entre las convicciones y lo material solamente es posible en la medida que los recursos materiales - sean estos salarios, bienes o servicios-, retroalimenten los valores éticos. Los intercambios de las rentas sociales mediante acuerdos salariales, establecimiento de precios, obtención de ganancias empresarias o fijación de impuestos; solamente se sostienen en el tiempo en la medida que puedan reafirmar y profundizar las convicciones éticas y morales sobre las cuales convergen los ciudadanos en tanto miembros de una Sociedad organizada.

La política pública como vector de dirección de la acción del Estado no puede escapar de dicha regla. La política pública para sustentarse de forma prolongada en el tiempo debe ser siempre subordinada a los valores éticos que representen a la mayoría de los ciudadanos, y producir en consecuencia las acciones necesarias para fomentar la producción y distribución material consecuente con aquella búsqueda ética.

La dignidad, no es una condición subsecuente de lo material. La dignidad debe ser una condición previa y necesaria del bienestar material. Una Sociedad debe aspirar siempre a ser Digna y para ello la política debe también serlo. Esto no implica renunciar a las ambiciones de un mayor bienestar material para todos los integrantes de nuestra Sociedad, pero sí obliga a sostener la dignidad de los ciudadanos como primer valor tutelar.

Defender la dignidad de los ciudadanos, sin importar su condición, sea esta como trabajadores, como padres de familia, como empresarios, como servidores públicos, o como miembros de número de nuestra sociedad; sobre la base de reivindicar los valores éticos que la mayoría ambiciona en un marco de tolerancia democrática y ciudadana, es el único camino posible de transitar para reencontrarnos colectivamente como Sociedad con un futuro que nos sea común y nos contenga. El dinero, lo material, será apenas un paliativo temporal hasta tanto sea la política capaz de lograr dicho encuentro ciudadano.








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